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Incluso de noche funcionan, pues la obscuridad siempre es parcial y la absoluta rarísima. Pero con la cortina sobre las ventanas todo cambia porque todo desaparece. Excepto Descartes y sus sospechas invernales. Quitarse a ese tipo sería un excelente ejercicio de iluminación si en esta parte del mundo nos ocupáramos en ello. Acá la paz es más simple, más fácil de lograr: más superficial. Que la obscuridad me reconforte es superficial, si ya dormir tranquilo es complejo, dormir entre sombras lo es más. Allí está la verdadera muerte pequeña, la otra, la petite mort, es sólo una amena frivolidad francesa; eso pasa cuando tienes estilo; comienzas por usarlo para todo y terminas perdiéndolo todo. Excepto el estilo, por supuesto. ¡Vive la France! ¡O qué! ¿Hay que creerles eso de liberté, égalité, fraternité? ¿¡Vive la Révolution!? Sí, hay que voltear a ver a los franceses, pero también a esos que, en todo caso, gritarían ¡Vive la Résistance!
Acá no. La cuestión del estilo no es preocupación. En la superficie lo parece; y lo parece por su origen radical. Así luce superficial por profundidad. Es simple. Hay que cerrar los ojos y a veces los párpados son desde transparentes hasta translúcidos; no bastan. Entonces es precisa la cortinaquitamundo. Se trata de vaciar la conciencia anulando el sentido que más le proporciona contenidos. No es ceguera, precisamente. Una vez que se logra el objetivo, deshacerse del mundo, allí, detrás de las ventanas, en el interior aparece otro. He aquí la razón de la nictofobia: el mundo de todos, aunque doloroso, es preferible al individual, que hace sufrir.
El mundo de todos —que aparece como menos peor— ayuda a distraernos del otro mundo, del individual, el peor de todos; ahí nos encontramos en absoluta soledad; cuando el uno desaparece, es imposible escapar del otro. He aquí la causa de la epidemia de insomnio que nos azota y la de pánico pavor a la soledad. Los demonios todos, no son colectivos, sino particulares. Por eso los colectivizamos, para temerles menos, pero solos, en la necesaria tranquilidad previa al sueño, mientras la oscuridad secuestra al mundo de todos, acuden, como invocados, nuestros demonios a atormentarnos. Por eso hay quien duerme con luz, como si existiera conjuro alguno que logre exorcizarnos a nosotros mismos, de nosotros mismos.
El reflejo no nos dice nada, es sólo luz rebotando; el espejo está bien, no falla, está dedicado a una noble tarea, pero no sirve sino en la obscuridad. El verdadero espejo está en la ausencia de luz; en ese te hallas a ti tal cual eres; en el otro, el que está en el cuarto de baño o en el cuarto dormitorio, sólo miras tu reflejo, nunca a ti mismo. Pocos soportan intuirse tal cual son. Para estos está reservado todo el temor o la admiración de los muchos, porque les resulta sospechoso el que a obscuras no tiembla y le da igual la luz o su ausencia; ese es el que no teme a la soledad.
…sólo es  problema en apariencia; como todo problema que no es problema se resuelve no resolviéndolo:
Veo a mis demonios como cancerberos que me separan a mí de un buen sueño, su trabajo es ese y a pesar de ser todos unos profesionales, son sobornables. Pobres demonios, quieren lo que no tienen —son tan parecidos a nosotros—. Todos les temen, nadie les habla. Yo platico con ellos, no siempre son los mismos, me dicen su nombre, algunos hasta se han aprendido el mío. No sabía que es de confianza aquel al que un demonio dice su nombre, pues decirlo, es ceder poder sobre ellos y sus capacidades —invocación—. Los escucho no sin miedo, les pregunto cosas, la pasamos bien; hasta han disculpado mis intentos fallidos de exorcismos pasados; incluso, en ocasiones, cuando están de humor, me acompañan a mis sueños, ahí continuamos la charla y nos divertimos. Al principio fue difícil, pues no les entendía nada, por eso tuve que aprender esperanto y un poco de inupiaq.








@aleljndr
@MomentoSonoro

2 comentarios:

  1. Mundo interior, mundo exterior -casi en automático, la función autocompletar texto agrega "deterioro"-... Hay muchos muchos mundos pero caben en este...

    Demonios individuales - hasta aquí llega en ego? Cesaría Évora llamó a uno de sus bellos discos: "Infinito particular"- ángeles particulares no? El almanaque del más antiguo Galván enlista a cientos y cientos de ellos!.

    El insomnio como toda actividad, requiere de una voluntad expresa lo suficientemente fuerte para hacer el sueño a un lado y buscar un contertulio que la ocasión requiere. Dialogar, informar, dar forma propiamente a lo que lo individual inconfesable guarda. No sé si sea cosa de lenguas o de idiomas, pero sin duda la fidelidad a nuestros miedos y deseos, así sea un ta yo borrosa, ayuda a hacer de la noche el espacio en que la conversación florece. Conversar con esos otros que nos habitan y habitamos: mundos que buscan su puente, como el gato la otra orilla cada que rompe a ley gravitatoria.

    Abrazo mi querido Alejandro.

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  2. El disco "Infinito particular" es de Marissa Montes, no de Cesaría Évora. como señalé ...

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