Todos los psiquiatras tienen el mismo defecto profesional: cuando uno pronuncia la palabra conjura, lo único que se les ocurre es recurrir a sus académicas e inútiles descripciones sobre la paranoia.
Gustav Links
Titulo: En busca de Klingsor.
Autor: Jorge Volpi.
No
lo recuerdo bien. Creo que compré este
libro del modo que suceden las mejores cosas en la vida:
porpuropincheaccidente. Alguien —tú sabes quién eres— me regaló una
tarjeta
prepagada de una librería, elegí libros —Los Borgia y una compilación de
cuentos de Asimov— pero me sobraban cien varos por gastar y con esa
tarjeta no te dan cambio; camino a la caja de pago, se me atravesó un
libro de $99,
lo agarré; supe lo que era hasta después de comprado.
En
busca de Klingsor lo pongo
dentro de la categoría de libros que más me gustan; esa categoría la encabeza El péndulo de Foucault;
ambas novelas
tienen base histórica, mezclan misticismo con antropología, filosofía y
ciencia; le
echan suspenso, te divierten, te obligan a aprender sobre amplios campos
del
conocimiento y la trama se sostiene, una y otra vez, sobre teorías
conspiracionales más que verosímiles. Este tipo de libros son excelentes
para
alejarse de la insoportable existencia y de la cruda realidad, pero
cuando al
final se terminan, y se debe emprender irremediablemente el desagradable
regreso a ambos —a la existencia y a la realidad—; ésta vuelta, y la
consiguiente estancia en ellas, se realiza con energías recargadas y con
novedosos modos de interpretación que permiten la ampliación de la
realidad y tomarle sabor a la existencia; refrescan el espíritu. Gracias
Eco. Gracias
Volpi.
En
busca de Klingsor fue un
accidente encontrarlo, pero es un gusto haberlo leído, tenerlo y recomendarlo.
Nada sé de Jorge Volpi[1],
su autor, ni de su grupo del crack, nada les había leído; pero seguro internet
ilustrará a los interesados.
Entro al libro esperando no echar a perder la
historia que en él se encuentra: trata sobre una muy interesante época no sólo
para la historia de la Física[2];
grandes figurines aparecen como personajes en la novela; hay, también,
mitología neogermana, nazis, espias, ménage à trois y teoría de
juegos, entre muchas otras cosas.
La ecuación que, en mi opinión, permite la
existencia del libro tiene la forma de una regla de tres: ciencia es a
criminalística como científico es a criminal; luego al desarrollarse la
historia hay un ajuste: ciencia es a criminología como electrón a criminal; en
donde ciencia se refiere a la ciencia por excelencia: la física.
De igual modo que con el libro anterior, les
recomiendo que se enteren de la historia de Parsifal, una ópera de Richard Wagner, sirve para un mejor
entendimiento de la trama. Y si se clavan con temas de física, como la teoría
de la relatividad, los experimentos mentales (Gedankenexperiment) o la mecánica
cuántica, al terminar la novela, en una nota final, el autor tiene el detallazo
de comentar la bibliografía que necesitó para escribir el libro. Se trata,
básicamente, de libros de filosofía de la ciencia y de historia de la ciencia.
nomdeplume
@aleljndr
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