El 1 de diciembre del año 2012, la historia de México dio un giro
de 360 grados. De forma anunciada y mediante el acto protocolario, Enrique Peña
Nieto se convertía en el presidente de los Estados Unidos Mexicanos. Esto tras
una elección que dejó mucho que desear y varios miles de inconformes en la
sociedad.
Todos
los mexicanos fuimos testigos de lo que anteriormente se conocía como “dedazo”,
del destape de un presidente por demás anunciado. Un presidente carente de
conocimiento y valores propios, pero con excelente producción, presencia y
manejo de medios.
Un
presidente con una esposa cuyo mayor logro fuera mantener el rating en una
telenovela de Televisa. Una hija que tacha de “prole envidiosa” a un pueblo
cansado de ser aplastado y dispuesto a enjuiciar al que se ponga en la silla.
Pero
es el pueblo el que tiene el papel más importante durante este primer año del
regreso del PRI a Los Pinos, y por la “pantalla grande”, perdón, puerta grande.
A un año de la toma de protesta como presidente del país no se ha
visto gran avance o cambio en el rumbo del mismo.
Al
contrario, ha sido un año lleno de marchas, plantones, de violación de derechos
humanos, de acosar a los jóvenes, de tener grupos de choque, gente entrenada y
capacitada para aparecer en medio de un mitin o protesta pacífica, y hacerlo
reventar.
Desde
antes de su primer día como presidente, Enrique Peña Nieto tuvo varios
tropiezos durante su campaña electoral. Basta recordar la aparición que tuvo en
la Universidad Iberoamericana, donde no fue bienvenido y, en consecuencia, tuvo
que refugiarse enlos baños de la institución.
Pedro Joaquín Coldwell, entonces presidente nacional del PRI,
acusó de porros a los jóvenes que reclamaban a Peña por su historia como político
y ex gobernador del Estado de México.
En
una entrevista posterior al suceso declaró:“Un puñado de jóvenes que no son representativos de la
comunidad de la Ibero asumió una actitud de intolerancia respecto a los
planteamientos que hacía nuestro candidato”.
Las declaraciones de Coldwell, Peña y los medios de comunicación
dieron lugar a que estudiantes de la Universidad Iberoamericana subieran un
video a YouTube en dónde 131 jóvenes,
credencial en mano, daban su versión de lo ocurrido en aquella visita y se
acreditaban como estudiantes. Primer paso para que se conformara lo que hoy
todo el país y en varias partes del mundo, ya se conoce como el #YoSoy132. Un grupo
que se ha convertido en sombra de Peña en cualquier lugar que se presente.
A
este grupo se le han ido sumando simpatizantes, en su mayoría alumnos de
diferentes universidades del país, inconformes con la imposición de un
presidente de telenovela de Televisa.
Ya
va un año del regreso del PRI a Los Pinos, luego de dos sexenios en los que el
PAN no logró un gran cambio. En su
primer año, Peña Nieto no ha tenido grandes aciertos, quizá dentro de los más
notorios estén la detención de una líder sindical, a la que muchos creyeron
nunca ver fuera de su puesto, Elba Esther Gordillo, “La Maestra”, ex lideresa
del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), el 26 de febrero
del año en curso en el Aeropuerto de Toluca.
Otra de las pocas cosas notables en este primer año fue, quizá,
sentar en una mesa de diálogo a las tres principales fuerzas políticas de
México: PRI, PAN y PRD, para firmar lo que sería el llamado Pacto por México.
Dentro del pacto se presentó una agenda de trabajo para los siguientes años del
gobierno de Peña y los tres partidos serían los encargados de sacar a flote
dichos acuerdos.
Finalmente,
otro de los “logros” del regreso del PRI ha sido la Cruzada Nacional contra el
Hambre, en dónde se pretende erradicar la desnutrición en las zonas que son
foco rojo de esta problemática.
A
esta causa se sumaron empresas privadas que aportaran en especie o capital para
combatir el hambre en nuestro país, pero ello no basta, pues no se tiene una
estrategia que solucione de fondo el problema del hambre en México, y llevando
despensas provisionales a las familias necesitadas no se soluciona ni un mes de
esta necesidad básica.
Lo que hace pensar que esa famosa Cruzada Nacional contra el
Hambre, no es más que un acto de campaña anticipado, pues casualmente los
lugares a los que va a llegar dicha Cruzada, se hacen presentes las
elecciones locales.
Es
importante mencionar que también ha sido un año de reformas, por consecuencia,
de movilizaciones en contra de las mismas.
Un
ejemplo de las reformas aprobadas y que no han dado grandes resultados, es la
ya conocida REFORMA LABORAL. Con esa reforma se pretende incrementar el número
de empleos formales; empleos con prestaciones de ley, bien remunerados, con
contratos de por medio y puntos claros.
Pero
nada ha funcionado. De todos los empleos que se buscaban crear, ni siquiera la
mitad se han creado. Por el contrario, en dónde se encuentran muchas oportunidades es en la informalidad y
en la nómina del narco y el crimen organizado, quien día a día recluta a
jóvenes para trabajar con ellos. Esos jóvenes que México tiene en el olvido.
México es un país con un bono demográfico útil, hoy en día, cuenta
con población joven a la que puede sacarle provecho; pero no, los jóvenes deben
estar bien preparados para tener acceso a un empleo formal y dónde el pago sea
medianamente digno.
Pero
para las escuelas media superior y superior tienen mucha demanda, pero pocos
recursos. Cada año se presentan miles de exámenes para ingresar a la prepa o
universidad, sea del IPN o de la UNAM, o de la UAM, pero son muchas personas
las que presentan los exámenes, sólo algunas las que logran entrar y casi nada
de los que egresan de ellas.
Aquí entra otra de las reformas más sonadas y que desencadenó
marchas y movilizaciones a nivel nacional. La REFORMA EDUCATIVA, que pretende
evaluar a los maestros para tener en las aulas personas realmente preparadas.
Que no atenta, dicen, contra la estancia de los profesores en la nómina de la
SEP y sólo pretende darles una mejor preparación.
Pero
es cuando uno se pregunta, ¿quiénes exigen una mejora en la educación; quiénes piden
prepararse mejor a los profesores? Lo exigen aquellos que tienen un lugar en
una curul y, si tenemos suerte, tienen la preparatoria; son aquellos
legisladores y políticos que proponen, hacen, aprueban y reforman las leyes,
pero que nunca son afectados por las aprobaciones.
Incluso
los políticos de izquierda, con todo y estar en contra del gobierno de derecha,
no son capaces de rechazar los privilegios de la clase política.
No se debe olvidar la REFORMA a las TELECOMUNICACIONES, en dónde
se pretende beneficiar a los usuarios y consumidores de estos servicios. Se
busca fomentar la competencia en
televisión abierta y de paga; radio, telefonía fija y móvil, servicios de datos
y telecomunicaciones en general; esto implicaría acabar con el duopolio de
Televisa y Tv Azteca. Con el fin de hacer más rentable este sector y poder
llegar a toda la población en general.
La reforma se aplicará al Artículo 6 constitucional, con
el fin de regular el derecho a la información y la protección de datos
personales. El Artículo 7 constitucional para establecer la libre expresión de
ideas o información a través de cualquier medio.
También para los Artículos 27 y
28 para que el Instituto Federal de Telecomunicaciones otorgue y revoque concesiones en materia de
radiodifusión y telecomunicaciones; con lo que sus decisiones sólo puedan impugnarse mediante juicio de amparo.
Con la reforma al Artículo 73 el Congreso podrá dictar leyes en materia de tecnologías
de la información y la comunicación, radiodifusión y telecomunicaciones, incluida la banda ancha e Internet, que ya ha tenido bastante notoriedad con lo del
conflicto entre MVS y la SCT por la Banda de 2.5
MGz.
Con esta reforma se busca incluir
a la población en la era de la tecnología e información, a los servicios de radiodifusión y telecomunicaciones, sólo falta que se apruebe y en
verdad se genere una competencia sin duopolios.
A un año del regreso del
PRInosaurio a Los Pinos sólo ha habido tres cambios notables: el color azul del
PAN, al rojo SANGRE del PRI en la silla del poder; el alza en la canasta básica
y servicios; y las movilizaciones que ya son caso común en esta ciudad.
A un año de Peña, de Televisa, del nuevo PRI,
la sociedad mexicana, esa, la necesitada, la de la clase media baja, sigue
siendo pisoteada por unos cuantos, por los que tendrán aguinaldos arriba de los
800, 000 pesos; por lo que salen de vacaciones en dos semanas y regresan a
legislar en enero; por los que el presupuesto de egresos para el 2014 no les
afecta en el bolsillo; por los que la reforma laboral se la pasan por dónde les
parezca conveniente; por los que impulsan una reforma educativa cuando apenas
terminaron la prepa, pero todo sea por un país mejor educado.
La mayoría de los mexicanos
inconformes con el gobierno pasaron este primer año sin ser escuchados, sin ser
tomados en cuenta. Las consultas ciudadanas no sirven para
nada, no mientras las realicen casa encuestadoras como Mitofsky, Parametría, Covarrubias
y Asociados, esas casas que durante los debates siempre daban el primer lugar
de preferencia a Peña.
Y
no es que un color llegue a hacer grandes cambios en pro de la sociedad. Pues
sería lo mismo si el amarillo pintara Los Pinos, un claro ejemplo es el
gobierno que está dando Miguel Ángel Mancera a la ciudad; pues no ha sido más
que una clara muestra de la represión e intolerancia hacia la sociedad, a las
diferentes expresiones y exigencias; y por lo único que vela el jefe de
gobierno, es por sus propios intereses y nada más.
Pero
calma queridos mexicanos, calma que sólo seis años más, no para que terminen el
gobierno del PRI, sino para acostumbrarse a que el PRI regresó, llegó para
quedarse, y esta vez no viene solo.
Sólo el pueblo podrá hacer un
verdadero cambio, no importa el color que pinte la silla en Los Pinos, no
importa nada mientras los mexicanos sean los que pagan las consecuencias de un
gobierno que no para solo en una imposición de un personaje salido de la tv,
sino en un país que necesita reformarse de fondo, para evitar deformarse por
completo.
Pep
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