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Nietzsche convalenciente. No hay hechos, lo que hay son interpretaciones F. Nietzsche Lo que siempre se podrá decir de Nietzs...

¿Quién ganará las elecciones? ¿Quién ganará las elecciones?

¿Quién ganará las elecciones?

¿Quién ganará las elecciones?


Nietzsche convalenciente.

No hay hechos, lo que hay son interpretaciones
F. Nietzsche

Lo que siempre se podrá decir de Nietzsche es que es un filósofo que se volvió loco
Heidegger.

Friedrich Nietzsche fue un filósofo loco que se volvió loco
J. P. Feinmann


Friedrich Wilhelm Nietzsche (1844-1900) fue un pensador alemán que, según él mismo, pensaba a martillazos. Es el inventor de ese concepto muy famoso; tan famoso que podemos conocerlo sin haber leído una palabra de Nietzsche. Me refiero a la idea del Superhombre; la palabra en alemán es Übermensch, que pude traducirse como transhombresuprahombre o superhombre; pues el prefijo Über es una preposición que significa sobre, más de, más allá de.
Este pensador es muy popular entre la chaviza. Me acuerdo que mucha banda lo leía en el CCH. Considero que la juventud es una excelente edad para leer  a Nietzsche.



Pero bueno, no es eso de lo que quiero escribir.


Hay una cosa que se llama Filosofía Aquí y Ahora, es un programa de filosofía por tv dirigido por José Pablo Feinmann que sabe de las dos cosas: filosofía y televisión. El programa va ya en la quinta temporada y los capítulos se llaman encuentros, encuentros filosóficos.
En la primera temporada, el onceavo y doceavo encuentro son dedicados a Nietzsche (N.). En ellos hay momentos en que el tema es la Verdad según el filósofo alemán. En esos puntos de cercanía entre la Voluntad de Poder, la Aristocracia Nietzscheana y la Verdad, no pude dejar de ver la relación con lo que justo ahora está pasando en Méjico y en lo que está por pasar en las próximas horas y meses, que determinará (en mayor o menor grado) lo que suceda hasta, por lo menos, el 2018.
La relación se muestra en la siguiente pregunta.
¿Quién ganará las elecciones?
¿Quién será Presidente del País?
Estas, aunque son Las Preguntas del Momento, son preguntas cualesquiera; pues no nos interesa saber quien ganará las elecciones, sino quién las ganara de verdad. Entonces la pregunta (que ya no es cualquier pregunta) sería: “¿Quién ganará las elecciones de verdad?”

Nietszche (N.)—a ver si termino de demostrar la relación compartiendo los apuntes que obtuve del programa de tv— en su plan de proponer valores basados en principios vitales; opuestos a los valores basados en el Cristianismo; debe, antes, preguntarse por el origen de sus nuevos valores; y responde a esta cuestión con un libro, La Genealogía de la Moral. Ahí, nos habla de una Aristocracia (A.), que no es una clase social sino una clase espiritual, filosófica y hasta ontológica, que siempre define como guerrera.
Para N. los Aristócratas son los veraces, es decir, aquellos cuya palabra es la verdad; aquellos que cuando dicen algo, lo dicho es la verdad. La característica principal de la Aristocracia (A.) de N. es la capacidad de crear verdades. Los veraces, es decir, los aristócratas, son capaces de crear la verdad con sus conceptos.
Antepuesto a la A. está lo bajo, lo plebeyo, el vulgo. Igual no en sentido social, sino espiritual. Y tampoco creo que en sentido dialéctico.
En este momento aparece la idea de una clase superior dominando a una inferior; de nuevo, no dejen de pensar que la ‘diferencia de clases’ no es clasista socialmente hablando, sino espiritual y filosófica.[1]
Entonces, el origen de los valores bueno y malo para N. tienen aquí sentido. Lo bueno es lo que surge de la A. y lo que ella dice y lo malo lo dice la no A. y es todo lo que señalan los inferiores (plebeyos y vulgares espiritual y filosóficamente hablando).

Pero, sigue en pie la pregunta que no me gusta nada: ¿qué es la verdad?
La verdad, dice N. es una conquista de la Voluntad de Poder.
Esto es más un problema que una solución, pues hemos visto, más en este país, que hay cientos de verdades. Y no es el único caso en América Latina.






Hay cientos de verdades. Usted agarre los cinco o seis diarios que salen a la mañana (o menos) en Buenos Aires, escuche las radios, si tiene ganas de amargarse el día... pero bueno, haga esa experiencia y va a ver que hay unas veinte interpretaciones de cada hecho. "Una" interpretación no es la verdad. Hay un hecho, pero después hay veinte interpretaciones. ¿Cuál es la verdad? La verdad es la que la voluntad de poder logra imponer. O sea que hay una relación entre "verdad" y "poder". La verdad es una creación del poder. La verdad es, por ejemplo, dictar la agenda; si yo tengo un diario a la mañana, dos radios a la mañana, dos radios a la tarde y dos canales de televisión a la noche... A la mañana lanzo cualquier noticia a las primeras de las radios, la segunda de las radios llamo a uno de los implicados en la noticia que lo pongo en contacto con cualquier otra persona, discuten, se pelean -ya tengo armada más la noticia-, en el noticioso del mediodía digo: "Gran debate entre fulano y mengano", debaten, entran otros, opinan otros, entonces a la tarde saco en la primera plana "El escándalo del día es este" -el que yo largué a la mañanita no más-, y a la noche hago una enorme mesa redonda en mi canal con todos los grandes filósofos, pensadores, periodistas, economistas... y todo el mundo está discutiendo lo que por la mañana a mí se me ocurrió largar en mi pequeño periódico de la mañana... Esa es la verdad del poder; ahí nadie está discutiendo "la verdad"; está discutiendo la verdad que un determinado poder mediático impuso ese día en la sociedad. Entonces, con esto quiero decir que la verdad es hija del poder. Vamos a un ejemplo contundente, cuando Jean Baudrillard, el filósofo posmoderno, un tipo muy muy inteligente, a comienzo de los 90 escribió un libro que se llamaba "La guerra del Golfo no ha tenido lugar", lo que quería decir es que de esa guerra nadie vió nada, nos transmitieron por televisión un montón de brillos... ¿Y dónde está la verdad? La verdad eran esos brillos, esa era la guerra del Golfo, de la guerra del Golfo supimos muy muy poco e incluso de lo que está pasando en Irak, de lo que está pasando en Guantánamo... Sabemos lo que nos hacen saber. ¿Y por qué sabemos lo que nos hacen saber? ¡Porque ellos tienen el poder! de hacernos saber lo que quieren que nosotros sepamos. Entonces "la verdad" es la colisión de las verdades, porque a esa verdad que yo sé que se me está imponiendo por los medios de comunicación, le voy a oponer otra desde otro lado, que seguramente es mucho más débil pero es otra verdad, y otra verdad y otra verdad... Las verdades, incluso, colisionan entre ellas, se odian entre ellas, guerrean entre ellas, pero la que triunfa, la que establece una hegemonía siempre es la que está respaldada por la mayor fuente de poder que la emite.
Entonces éste es el concepto que Nietzsche maneja de "verdad", es decir, la verdad es una conquista de ésta voluntad de poder. El pensamiento de Nietzsche, como vemos, es un pensamiento belicoso que concibe a la verdad como lucha, que concibe a la verdad como justamente, una expresión poderosa de esa voluntad que necesita aumentar constantemente para conservarse y para aumentar tiene que conquistar y para conquistar tiene que establecer sus verdades como "la verdad". Cuando yo establezco mí verdad como "la verdad" mi voluntad de poder ha triunfado.
[2]



Es una cita larga, pero creo que vale la pena.
Ahora el problema es definir qué es para N. la Voluntad de Poder, pero no lo creo necesario. Por la siguiente razón: Es increíble que la definición de A. sea sólo filosófica y espiritual y que la división entre A. y el vulgo y la plebe también es increíble; pues, en la realidad, sabemos de esas clases y divisiones sociales. Las vemos en nuestro país. Pero las divisiones son materiales, no filoespirituales.

Vuelvan a leer todo este texto pero, esta vez, donde diga Voluntad de Poder, ustedes sólo pongan Poder. Y donde se hable de A. piensen en la gente que tiene poder en este país, no Voluntad de Poder, sólo poder, ya que no estamos entre Übermenschen, sino sólo entre hombres, en el mejor de los casos.


Epílogo.
Olvidé el tema central. Pero regreso a la cuestión: ¿Quién ganará las elecciones de verdad?
Respuesta: la verdad es que hay cientos de verdades, verdades que luchan entre ellas y que la que triunfa y establece una hegemonía es siempre la que está respaldada por la mayor y más fuerte fuente de poder que las emite.
Si les parece muy mamona esta respuesta enton’s léanse ésta: vean la tele, ella les dirá quién ganó de verdad.
Porque por ahora la tv en éste país es la mayor y más fuerte fuente de poder y emite mucha, pero muhca mierda que, transforma en verdad.

Pero, ¿le van a creer?
Hay cientos de verdades. 
¿Cuál quieren? ¿Cuál eligen?
Esa es la cuestión, pues ya saben cómo hacerla La Verdad.

@aleljndr
@MomentoSonoro



[1] Es una diferencia teórica; sabemos que en la realidad no es así. Llegaremos ahí.
[2] Transcripción de las palabras pronunciadas por Feinmann en el capítulo doce de la primera temporada de Filosofía Aquí y Ahora. Las pueden encontrar aquí.

3 comentarios:

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