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  § Creo que el Universo está bien, que es equilibrado. Y cuando no lo vemos así, somos nosotros los que no somos así: No vemos las cosa...

Consideraciones económicas. Miscelánea II Consideraciones económicas. Miscelánea II

 

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Creo que el Universo está bien, que es equilibrado. Y cuando no lo vemos así, somos nosotros los que no somos así:

No vemos las cosas como son. Vemos las cosas como somos nosotros.

Confucio.

Si voy a creer en la Ley del Karma o la Ley de Causa y Efecto o la 3ª. de Newton —úsese el nombre que menos prurito cause—; el Universo podría lucir desequilibrado porque al existir en él no lo obedecemos y lo afectamos con causas desequilibradas que generan —obviamente— efectos desequilibrados que, de todas formas, el Universo, eventualmente, buscará equilibrar.

Hay incontables formas en la que desequilibramos nuestro entorno, o sea, la parte del Universo que nos rodea, la que nos queda menos lejos; y hay dos grandes tipos de desequilibrios, en los que evitando las causas buscamos los efectos y viceversa, en los que buscamos las causas evitando los efectos.

Muchos ejemplos pueden ser usados para explicar ambos tipos.

Cuando pago a alguien por limpiar mi casa estoy desequilibrando el Universo pues para disfrutar de un lugar limpio (efecto) hay que limpiarlo (causa). Aquí sólo se busca el efecto evitando la causa. Así, el que limpia no disfruta de lo que limpia, se le paga, sí, pero la cadena causal sería:

Causa: limpio

Entonces:

Efecto: estoy en algo, un lugar, limpio (y cansado por el trabajo de limpiar).

Y no:

Causa: limpio

Entonces:

Efecto: tengo dinero (y cansancio por limpiar), pero no disfruto lo que limpié.

Ni:

Causa: pago

Entonces:

Efecto: estoy en un lugar limpio (sin cansancio por limpiar)

¿Será que el dinero desequilibra la causalidad?

El que paga para que limpien está desequilibrando la causalidad, pues en vez de limpiar para disfrutar su casa limpia, por ejemplo, sólo paga. Cuando quiera algo limpio pagará y cuando disfruta lo limpio, no está en realidad disfrutando lo limpio, sino el haber pagado por ello y cuando ensucia está gozando los frutos del pago realizado. Así, aunque le quedaran claros los beneficios de gozar de lo limpio, nunca comprenderá lo que es limpiar, ya no digo valorarlo (de valor) aunque lo aprecie (de precio).

El que cobra por limpiar no goza de lo limpiado, goza del pago de lo limpiado, y cuando llegue a su casa, tendrá que volver a limpiar aunque ya haya limpiado antes una casa que no le pertenece; le quedará claro lo que es limpiar, pero no comprenderá el gozo que hay en el disfrute de lo limpio a menos que se canse el doble; una vez por limpiar lo ajeno y la segunda por lo propio.

No sé si con estas palabras quede claro el desequilibrio que veo. También es ordinario evitar los efectos y buscar las causas. Por ejemplo, al beber se disfruta el sabor y la embriaguez del alcohol, pero se evita la resaca. En este sentido: fornicar sin procrear, comer mucho sin engordar, arriesgarse sin sufrir y vivir sin dolencias, serían formas en las que desequilibramos el Universo.

O, dicho de otra manera, deberíamos preguntarnos sobre todo el sufrimiento que padecemos ¿qué tanto se debe a nosotros mismos? ¿Qué tanto de la hostilidad que vemos en el Universo la generamos nosotros? De la crueldad que vemos en la Naturaleza ¿qué parte está generada por nuestra crueldad hacia ella?

De lo que veo en el otro ¿qué tanto es mío?



§



El habla y la forma de pensar de la Economía se usa y rige partes de lo social lejos de lo económico. En las relaciones sentimentales y amorosas se puede ver.

Se busca medir el amor…

—¿Me quieres?

—Sí.

—¿Cuánto?


…y se busca mercantilizarlo: la fidelidad está asociada a la idea de propiedad:

Mi novia

Mi esposa

Mi prometida

La pareja es otra posesión más, es una propiedad, como si nunca se hubiera abolido la esclavitud. “Es mi pareja y sólo coje conmigo” es como “es mi auto y yo decido quién lo maneja y quien no” Se trata, entonces, de esclavitud sexual.

Por otro lado, la fidelidad no existe, el mandamiento ese sobre no codiciar a la mujer del prójimo, no se respeta. Todos, al menos por un microsegundo mentalmente hemos sido infieles. Me imagino haciendo lo indecible moralmente y lo inefable fisiológicamente con alguna estrella de la farándula o, al menos, con la más tetona o culona de la escuela y o el trabajo, a veces, incluso, con todas a la vez. Normal.

Yo, ilusamente, estoy seguro de que el amor es libertad.

Cuando estoy con alguien a quien amo, no la puedo limitar. No soy perfecto y por mera probabilidad ella puede hallar a alguien mejor que yo para ella, a alguien que la satisfaga justo como ella quiera ser satisfecha. Si la amo, entonces no podría quitarle, negarle ni prohibirle esa posibilidad, al contrario: como la amo, quiero que esté bien. Si lo logra conmigo: bienvenida. Si con alguien más: ni modo: yo me lo pierdo.


La receta.

Aquí entre nos, yo conozco el método infalible para tener una buena relación.

No hay pasos establecidos, no existe instructivo pero sí un proceso. Un proceso que se tiene que basar en una absoluta, desvergonzada y cínica sinceridad:

Hay que aclarar todo en todo momento y desde el principio. Todo: sexo, concepciones sociales, fidelidad, atracciones físicas, hijos, profesión, rencores, temores y temblores, etc.

Todo: TODO: y esto antes que nada: antes de salir, coger y antes, por supuesto de enamorarse.

Y si la relación se da, se debe seguir diciéndose todo aunque no haya cambios y cuando los haya.

A esto también se le puede llamar: La Fórmula del Amor.





r. Salazar

 

 

 

  § El dinero.  El que la economía medie toda relación social, en algunos casos, pervierte o imposibilita dicha relación y si se fuerza la...

Consideraciones económicas. Miscelánea I Consideraciones económicas. Miscelánea I

 

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El dinero. 
El que la economía medie toda relación social, en algunos casos, pervierte o imposibilita dicha relación y si se fuerza la relación, genera condiciones perfectas para la degradación (corrupción) de la relación social a niveles de mutación genética.
Si este proceso de putrefacción no se detiene contamina a otras relaciones sociales.
El dinero pervierte o imposibilita la educación.
Si tengo que pagar mi educación, habrá cosas que no pueda hacer el profesor que, en realidad no es profesor, sino empleado del alumno. Por ejemplo, no me puede reprobar si ya le pagué el curso. La falla en éste caso, está en que el conocimiento, no es un objeto que se pueda (vender) transmitir y luego pagar por esa transmisión (vender), porque no es un producto sino una construcción y si el alumno no pone de su parte, dificulta la educación. Pues ¿cómo mido mil pesos de conocimiento?
Un curso no es una función de cine a la que pago por entrar y luego puedo o no poner atención a la proyección o dormirme durante la misma y o hacer lo que me venga en gana sólo por el simple hecho de que ya la pagué.
Si la relación social entre el estudiante y el profesor es pagada por el estudiante y se fuerza a continuar, el vender o regalar calificaciones se torna en una opción a esta situación. De hecho no se estaría regalando pues el estudiante, en los hechos, estaría pagando por la calificación, no por educación ni conocimiento.


La medicina.
“Cada paciente curado es un cliente menos” significa que el principio de la medicina no es un principio médico, sino uno económico. Y la idea aplica igual para virus biológicos (farmacéutica) que para virus informativos (empresas de seguridad informática)


Antivirus biológico.
El desarrollo de vacunas cuesta dinero, pero las farmacéuticas no lo gastan, sino que lo invierten, entonces, la finalidad de la investigación no es farmacéutica (curar enfermedades), sino económica (ganar dinero).


Antivirus informático.
Si la finalidad de las empresas de seguridad informática es económica, entonces la seguridad informática está condenada: si dejaran de existir los virus de computadora, ¿cuál sería la ganancia de las empresas que diseñan antivirus? ¿desarrollar el último e infalible antivirus significaría su quiebra?
Si la finalidad de la seguridad no es la seguridad misma, entonces se pone en riesgo la seguridad.


Seguridad.
Si le pago (impuestos) a alguien (policía) por protección y cuidado, ¿qué evita que se le pague de más a ese alguien (policía corrupta) para que me desproteja y me deje de cuidar?
Ese encargado de mi seguridad no sería ya policía, sería, mejor definido, un mercenario que vende seguridad al mejor postor o, si se prefiere una comparación sexual, una puta —con todo mi respeto a las personas dedicadas al sexoservicio— que fornica con quien le paga más.
Y también sería mercenario el juez que debería impartir justicia pero le paga más el soborno que su sueldo y mercenario también el gobernante que debería administrar lo que es de todos pero gana más en sobornos, y putas también los que votan por ellos pues se van, votan, por quien les de más; ya sea en compra de votos (voto X dinero) o en promesas de campaña.


§
El lenguaje y la forma de pensar de la economía se imponen en tareas humanas muy alejadas de lo económico. En el amor se habla de “conquistar” el corazón de la amada, verbo con base bélica pero de finalidad económica.
Alguien te toma de la mano y con solemnidad, o sea, mirándote a los ojos te pregunta ¿Me quieres? Y respondes, Sí. Y ella: ¿Cuánto me quieres? —¿El amor se puede contar, medir? ¿Los besos, abrazos y caricias cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores? Y si sí, ¿A cuánto amanecieron hoy?— y respondes De aquí a la luna y de regreso. Aunque ignores que 384, 000 km es mucha distancia.
O la belleza, que según los concursos se puede medir. O la inteligencia, que, con unidad de medida —C. I.— la psicología mide… ¿será?
Tal vez es sólo la economía, otra vez, invadiendo áreas de lo social que deberían ser autónomas para beneficio de todos.




r. Salazar
 
 
 

  § Lo social abarca muchos campos, la educación, la economía, la religión, etc. En la Edad Media la parte de lo social que regía encima de ...

Consideraciones económicas: lo social. Consideraciones económicas: lo social.

 

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Lo social abarca muchos campos, la educación, la economía, la religión, etc. En la Edad Media la parte de lo social que regía encima de las demás era la Religión. Las decisiones en educación, política o economía, no se tomaban a partir de principios educativos, políticos o económicos, respectivamente; sino a partir de principios religiosos. La educación no era laica, los papas coronaban emperadores y reyes, y Marcos 10:25.
Bien, para los que están seguros que estamos mejor hoy que en la Edad Media (E. M.), les digo: estamos igual. Hoy se hace lo mismo que en la E. M.: una parte de lo social rige las demás partes por medio de la aplicación de sus principios para decidir en todas las otras partes.  
 
§
 
La forma de organización social tiene como eje principal y único a la economía. Ha habido otras formas de organización humana pero en la actual, el dinero es esencial. Así nos educan, eso quieren que creamos. En la Edad Media era Dios, para todo se le creía necesario, hoy es el dinero. El Dinero es el dios de la actualidad.
 
Experimento:
Hipótesis: el Dios de la Edad Media se ha devaluado. El Dios verdadero de la actualidad es el $.
1. Tomar un crucifijo y a un par de sujetos al azar.
2. Pedirle a un sujeto que rompa, escupa y orine sobre el crucifijo a cambio de una fuerte suma de $.
3. Pedirle al otro sujeto una cantidad fuerte de $ a cambio de la salvación eterna de su alma.
4. Anotar resultados.
5. Interpretar resultados.
6. Sorprenderse.
 
Experimento:
Hipótesis: el dinero es el único dios verdadero.
1. Un crucifijo.
2. Un billete de mil pesos.
3. Dos sujetos.
4. Pedirles por separado que rompan el crucifijo a cambio de mil pesos.
5. Pedirles por separado que rompan un billete de mil pesos a cambio del crucifijo.
6. Anotar resultados.
7. Interpretar resultados.
8. Sorprenderse.

 

 

 



r. Salazar



   Yo sí, algunas veces   ¿Por qué no camino por las banquetas?   No recuerdo la fecha exacta, seguro andaba por los 10 años, 11 qui...

¿Alguna vez han querido ser alguien más? ¿Alguna vez han querido ser alguien más?

  Yo sí, algunas veces

 

¿Por qué no camino por las banquetas?

 

No recuerdo la fecha exacta, seguro andaba por los 10 años, 11 quizá, eran las 2 o 3 de la tarde y caminaba por la calle con mi mejor amiga de la infancia, caminábamos por la banqueta y al pasar por una casa que afuera sobre la banqueta tenía árboles muy frondosos, salió de la nada un señor, de edad mayor, por los 50 calculo, con el pantalón abajo, mostrándonos su pene… mi amiga y yo nos tomamos de la mano, dimos media vuelta y corrimos lo más rápido que pudimos, espantadas, no nos detuvimos hasta llegar a la calle de nuestras casas, no pudimos interpretar qué pasó, solo sucedió y nos dio tanta pena o miedo, vayan ustedes a saber, que nunca dijimos nada, incluso ni siquiera entre nosotras.

 

Ese episodio marcó una costumbre que tengo hoy, cuando camino por la calle no me gusta usar las banquetas, siempre pienso lo peor, que salga otro señor medio encuerado y tenga que correr de nuevo, como cuando niña, para sentirme a salvo.

 

¿Por qué siento el corazón latir rapidísimo y el cuerpo frío cuando un vehículo se acerca despacio en la calle?

 

Años más tarde a esa experiencia de la banqueta, con mi misma amiga, veníamos regresando de una plaza comercial, una camioneta se detuvo, bajó el vidrio del copiloto y nos preguntó una dirección, no recuerdo nada más que ver al tipo, de unos 30 años quizá, tomando con su mano izquierda el volante y con la mano derecha masturbarse mientras nos preguntaba por la supuesta dirección. Mi amiga y yo, como reflejo de aquella experiencia, nos tomamos de la mano, no corrimos pero sí caminamos lo más rápido que pudimos hasta llegar a mi casa, nos volteamos a ver y solo cuestionamos si tuvimos la culpa por detenernos cuando la camioneta se detuvo y nos preguntó algo, o porque no usamos la banqueta. Ahora entiendo que no fue nuestra culpa, que nunca ha sido culpa del agredido o violentado lo que le pasa.

 

Y entonces recuerdo la cantidad de veces que duele ser mujer, que duele no poder salir con falda, que duelen las miradas, las palabras disfrazadas de piropos, que duele la lucha entre mujeres por sobresalir en una sociedad machista que nos llena de estereotipos desde niñas: “juegas como niña, pegas como niña, no es para niñas, no puedes porque eres una niña”; y cuando creces cambian las formas, no el fondo “date a respetar, llega a casa a tiempo, no seas una puta, no seas una mojigata, aprende a cocinar para cuando te cases, ten hijos, no faltes a dormir a tu casa, no hagas, no digas, no, no, no”.

 

Y así vamos por la vida, negándonos cosas por ser mujeres, asignándonos otras por la misma razón. Más de una vez me han cuestionado si he pensado en tener hijos, porque el trabajo no me va a dar la misma felicidad que un hijo, porque necesito ser madre para ser mujer, como si no fuera mujer solo por el hecho de haber nacido bajo ese sexo, como si fuera necesario comprobar, a través de una vida, que sirvo para ser mujer y traer hijos al mundo. Y duele, duele que por ser mujer, deba trabajar más para que noten lo que hago, duele que duden de mis capacidades y en ello, a veces, me hagan dudar de si soy capaz, suficiente, si valgo la pena.

 

¿Alguna vez han querido ser alguien más? Yo sí, algunas veces. A veces he querido ser el amigo que se emborracha en las fiestas y no teme porque lo vulneren porque bebió de más; otras veces quisiera ser el empleado que en un sector de hombres, no es cuestionado si sabe de lo que habla, por ser hombre. Hay momentos en los que quisiera ser ese hombre que va de cama en cama y nadie lo tacha de fácil, al contrario, le festejan que se dé a cuanto mujer se deje. Hay noches en las que quisiera ser ese hombre que llega tarde del trabajo, fiesta, escuela, camina por las calles solas y no siente temor de ser violado, de ser víctima de su ropa, de las horas, de la sociedad. De una pinche sociedad machista que nos enseña que las mujeres no pueden manifestarse ni reclamar sus derechos, porque están locas, que si son jefas de familia hay que apodarlas, pero si un hombre participa en la crianza de sus hijos “es un buen padre, porque ayuda”, no. No debería ser una ayuda, es una responsabilidad, es un deber y sí, también es un derecho.

 

Hoy, creo, no hay nada que festejar, no tienes que felicitar a nadie, como hombre mejor súmate a la lucha por defender nuestros derechos, por una igualdad en la que se nos respete por ser seres humanos; por una sociedad en la que no tengamos que salir de casa y pensar en que quizá no vayamos a regresar. Como mujeres también, te pido que no juzgues, no llames, no agredas. Seamos sororas pero no solo con nuestras amigas, seamos sororas con la exnovia que se queja, seamos sororas con las mujeres que nos caen mal, que señalan a nuestros amigos, familiares, conocidos. Escuchémoslas como algún día quisimos que alguien más nos escuchara.

 

Hoy sumemos esfuerzos, hagamos frente por una sociedad mejor, porque al final si agreden a una, agreden a todas. Si nos falta una, no estamos completas, porque mañana no quiero ser yo una ficha de búsqueda, una publicación en redes sociales, porque no quiero que mi familia y amigos tengan que buscarme y les vengan con el cuento de que me fui con mi novio, que no sabían en qué pasos andaba, que no sabían a qué me dedicaba, que me fui por mi voluntad y no hay delito qué perseguir. 

 

Por mí, por ti, por la madre que ya no regresó, por la hija que no llamó, por la hermana que encontraron sin vida, por las primas, hermanas, sobrinas, amigas… por todas.

 



XX




 

    Hablar de sexualidad en una pareja a veces resulta complejo. Sin embargo, a veces el cuerpo reconoce tantas formas y sensaciones, qu...

Memorias de ti Memorias de ti

 


 

Hablar de sexualidad en una pareja a veces resulta complejo. Sin embargo, a veces el cuerpo reconoce tantas formas y sensaciones, que las cosas salen así, sin pensarlo, sin quererlo pero disfrutándolo mucho. Es por eso que hoy te hablaré de las memorias que mi cuerpo guarda del tuyo. De cómo ese hombre un metro setenta centímetros, hace de mi cuerpo el mejor lugar para estar, y entre mis piernas el lugar en el que le gusta terminar.

 

Y es que no termino de entender cómo es que los cuerpos se reconocen tan bien, que siempre quieren más, que siempre necesito más de ti, de tu olor, de tu piel, de ti. Y los días que pasan lejos se me acumulan las ganas y también se me pone la piel chinita solo de pensar en que falta menos para tenerte cerca, para que me hagas el amor, para que tus besos me prendan las ganas y tu cuerpo me de todo su calor. El primer recuerdo que tiene mi mente de tu cuerpo es que tienes unos brazos largos, unas manos fuertes y unos dedos que saben jugar bien cuando me agarras desprevenida y te pegas por la espalda, con tu sexo me frotas las nalgas y con tu mano acaricias bajo mi blusa en busca de algo más que la ropa, y con la otra mano me tocas en medio de las piernas mientras tu lengua no deja de pasarse por mi cuello y yo me contraigo y quiero zafarme, jugando un poco  a no querer, pero en el fondo deseando ya estar sin ropa, contigo muy adentro y jadeando un poco de puro placer. 

 

Y entonces logro zafarme, ahora soy yo la que se pone detrás tuyo y con mi mano te toco tu pene bien duro, queriendo salir de tu pantalón y meterse entre mis piernas, sentir ese calorcito, esa humedad que tanto te gusta al hacerlo sin condón, te beso el cuello, la espalda, y deslizando la lengua lentamente por tu espalda, bajo, bajo para girarte y bajarte el pantalón y meterme en la boca eso que tanto me gusta, que tantos orgasmos me ha dado y que disfruto mucho siempre. Y te hago un oral que te hace sonreír, que te hace decir mi nombre y que inevitablemente te lleva a quererte meter ya todo adentro de mí.

 

Ya sin ropa, sobre la cama, abro las piernas y tomando tu pene muy parado lo deslizo en mi vagina, y gritó un poco, y empieza esa canción que siempre componemos y que tanto nos gusta, y te empujas y yo quiero más de ti, de tu piel, de tu sabor, de tu cuerpo, y me dices cosas que me gusta escuchar, y te digo lo que me encanta de ti. Y así estamos un rato, después cambiamos, quiero que te pongas detrás de mi y en cuatro me des muy rico, despacio, pero también muy recio, quiero sentir como entras todo y me agarras de la cintura y te empujas mucho, sentirte entrar así es único. Y te escucho y si, en ocasiones te veo entre los espejos, porque me encanta verte, disfruto sentirte, pero verte así, tan excitado, con tantas ganas, me dan solo ganas de más.

 

Pides acostarte y que me suba, porque te encanta verme terminar así, porque lo disfrutas tanto casi como yo, porque me muevo al son que me toques y entonces a veces es tanto que ahí estoy yo arriba de ti brincando y en cada movimiento sintiéndote más y más adentro. Y lo disfruto tanto al punto de acabar, de sentir ese temblor en el cuerpo y que las fuerzas se me van, de guardarte la última sonrisa al final de todos los gritos que me haces pegar, y enseguida de mí acabas tú.

Y bueno, te lo he dicho muchas veces, disfruto tanto tu risa que no quieres hacer notar, tus gritos que ahogas, tus ojos en blanco que aprietas mucho para que no pueda verlos, pero amo verte así, abajo de mi disfrutando tanto tus venidas, como las idas que damos en cada uno de nuestros momentos. 

 

Es mágico eso de acabar, es maravilloso eso de conectar, el sexo contigo y todo lo que me haces sentir es fabuloso, como el jugo de mandarina, sin embargo tengo que confesar que aún no sé que me provoca más placer, si acabar una y otra vez contigo, o acostarme después de terminar, recargada en ti, hablando de la vida, de todo y nada, de nosotros y lo bien que me haces el amor.

 

Quizá mi cuerpo tiene más memorias tuyas, que he de encontrar por ahí guardadas en sueños, en el espejo, cuando te veo, cuando te pienso y sí, cada que te me antojas.



Pep

@Irispep 

 




 

  §   En No hay fallo , una rola (o track , como ellos le dicen) que La Teknika hace con Bano, buen y contestatario hip-hop español, o...

Consideraciones económicas: Desiderátum. Consideraciones económicas: Desiderátum.

 

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En No hay fallo, una rola (o track, como ellos le dicen) que La Teknika hace con Bano, buen y contestatario hip-hop español, oí:

 

…aprendí a comprar mi libertad

Por unos 700 euros al mes en techo

Y otro tanto en gastos

Con eso paso los domingos haciendo

Lo que más me gusta, escuchar la gansta rap

Y deshacer la cama,

Leo a Gorki solo en el jardín.

 

Y la letra sigue sobre una postura libertaria sobre las relaciones económicas…

La frase que me quedó retumbando en la cabeza como el dolor de la resaca del vino tinto fue “aprendí a comprar mi libertad”

Los esclavos no son libres, pero si ahorran y el Amo quiere vender —ellos siempre quieren vender—, podrían comprar su libertad y ser libres. Siempre que se llegue al precio. El cuál es la renta (€700 mensuales) “y otro tanto en gastos” y ¿para qué quiere el esclavo ser libre? Para ser feliz. Para hacer lo que más le gusta, escuchar música y leer.

Primero. Me sorprende que se ubique como esclavo, pues eso es lo que es el asalariado moderno. Dinant me habló de esto antes y creo que tiene razón. Hoy ya no hay cadenas, hay deudas. Hoy los amos les dan a sus esclavos lo justo para que no mueran y puedan seguir trabajando. Y el esclavo es perfecto, porque el amo, como es el dueño de todo, incluida la educación, le ha enseñado que es libre. Nadie busca algo que ya tiene. Como el esclavo se cree libre, es el esclavo perfecto, pues nunca buscará liberarse. Este es el peor de los esclavos. El menos peor es el que se sabe esclavo y busca “comprar su libertad” ¿para ser feliz?

Buscar la felicidad sólo es otro modo de esclavitud. No importa qué consideremos como felicidad, la sociedad nos la presenta (nos la vende) como algo que hay que desear y buscar, sin importar qué sea. Para unos es hacer lo que les gusta, para otros será dinero o fama, pero en todos los casos se trata de felicidad. Así, la sociedad, dirigida por los amos nos presenta la felicidad como el premio a obtener si nos portamos bien. El amo pone a la venta nuestra libertad para poder comprarla, apropiarnos de ella, tenemos que pagar renta y “otro tanto en gastos”. De esta manera el esclavo deja de ser esclavo al comprar su libertad, pero en realidad el amo no la vende, la renta… “700 euros al mes”, así el esclavo no es, en realidad, libre.

El capitalismo ha superevolucionado al nivel de gravar la felicidad, le ha impuesto un impuesto. La ha hecho un producto que puede y debe ser comprado

¡Es el colmo!

Y la realidad empeora. La falla está aquí: el amo pone a la venta (renta) la libertad pero ¿el amo es dueño de la libertad del esclavo?

La rola sigue:

 

…si ves la barbas de tu jefe arder

O al banquero caer

Entonces: ¡no hay fallo!

 

Si el esclavo se convence de que el amo es dueño de su libertad, entonces el amo pude vendérsela o rentársela; pero y si el esclavo actúa y piensa como si el amo no fuera dueño de su libertad, sería ya libre inmediatamente sin pagos, ni rentas.

Es la ventaja de la expropiación, pues cuando el capitalismo pone precio a algo tienes que pagarlo o con dinero o con tiempo o con salud o con sangre o con vida. Se manejan múltiples formas de pago, pero nunca perdona una deuda, es un sensible pero implacable agiotista.

 

La felicidad II

 

La felicidad,

Me está enseñando que hoy no soy feliz

 Por qué es que cuando tú no estás aquí

Me quiero ir

Y la tranquilidad susurra que no me fie de ti

Por que en cualquier momento

Me entra el lamento y te vas de mí

Y volar sobre el mar

Rumbo a ningún lugar

Conocido aún

Y el viento al soplar

Vuelve a despeinar

Nuestra seguridad

Es la ingenuidad

Quien grita en mis oídos

Que siempre estarás

Haga lo que haga

Siempre arrodillada enfrente de mí

La objetividad

Embustera, mentirosa

Terca y sin bondad

Murmura frases aburridas que al fin y al cabo

Siempre hablan mal de mí

Y volar sobre el mar

Rumbo a ningún lugar

Conocido aún

Y el viento al soplar

Vuelve a despeinar

Nuestra seguridad[1]

 

 

 








r. Salazar

 

 

 



[1] Salazar no lo anota, pero se trata de la letra de una canción de: Bunbury y Carlos Ann. (N. del E.)  

  § La riqueza. ¿Qué pasa con ella? ¿Es infinita? Si la riqueza fuera infinita, todos participaríamos de ella, todos seríamos adin...

Consideraciones económicas (de un ignaro en el tema) Consideraciones económicas (de un ignaro en el tema)

 




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La riqueza.

¿Qué pasa con ella?

¿Es infinita?

Si la riqueza fuera infinita, todos participaríamos de ella, todos seríamos adinerados y no tendrían por qué acapararla, dado que habría para todos. Pero no todos somos ricos y los ricos no dejan de acapararla; tales comportamientos son coherentes con la postura de la finitud de la riqueza. La riqueza es finita, aunque el Universo no.

Entonces, como no hay para todos, hay que aferrarse a obtenerla. Si esto es así, por cada peso, euro o dólar que yo tengo o me gane, es un peso o euro que otros ya no tendrán.

Si yo gano $ ¿estaré robando esa misma cantidad?

¿Cada peso que yo gano es un peso que no gana (o sea, que lo pierde) el resto de la humanidad?



§



El restaurante, el campo de golf, el hotel…


El modo más eficaz de hacer inofensivos a los pobres es enseñarles a querer imitar a los ricos. 

Fermín Romero de Torres.

 

No sé mucho de dialéctica materialista, pero sinapsis tengo.

Creo ver, al asomarme al horizonte del tiempo, donde antes y después se podrían confundir, que no siempre existió el restaurante, fonda o posada donde se pudiera comer a pago. Pero los amos siempre han tenido cocineros, personas dedicadas exclusivamente a —obvio— cocinar y cocinas. Son ellos los que siempre han tenido la opción de no cocinar sus propios alimentos. Los otros, los esclavos, sin opciones, cocinan sus propios alimentos.

Aquí está la gastronomía que es la profesionalización del cocinero del Amo, ajena al Esclavo debido a la diferencia de las condiciones materiales de ambos: al Amo puede pagar al cocinero y proveerlo de lo necesario —cocina (lugar), utensilios, ingredientes— mientras que el Esclavo al no poder mantener a un cocinero, debe contentarse con preparar sus alimentos lo mejor que pueda.

Pasaría similar con el capo de golf.

Sólo el Amo estaría en posibilidades de tener espacio y mantenimiento de 18 hoyos que se hallarían en su humilde traspatio.

Pero hoy se puede pagar algún restaurante y los campos de golf son clubes donde varios pueden jugar.

¿Hay una especio de democratización de los placeres antes exclusivos de los Amos? ¿O es sólo el Esclavo buscando ser Amo?

 


 

 

r. salazar

 

Es muy importante no confundir la cicuta con el perejil,  pero creer o no creer en Dios no es importante en lo absoluto. D. Diderot El...

Ateísmo mecanicista. Ateísmo mecanicista.


Es muy importante no confundir la cicuta con el perejil, pero creer o no creer en Dios no es importante en lo absoluto.

D. Diderot




El taller de motos es un lugar en el que me gusta existir. El dueño y Maestro; como le llaman muchos clientes y todos los aprendices, en toda la línea ancestral de un taller artesanal; es un tipo cerca de los sesentas, alto, cano, con barba de candado y vocabulario de su profesión. Don Camilo y todo su aquelarre son viejos expertos de la mística que rodea, fundamenta, y da sentido al motociclismo mejinaco.

Con su propia terminología, acuñación de conceptos y casi original mitología, regentea el taller en donde más de uno se comporta como en suelo sagrado.

Lo conocí cuando tuve mi primera moto y necesité de su ayuda.

Los apasionados de la motocicleta en México se pueden catalogar en tres divisiones: los proyanquis, los noyanquis y los que ruedan solos.

El motociclista mexicano proyanqui anda en Harley-Davidson y ruedan sólo con motociclistas con Harley-Davidson. Se organizan en la misma forma en que se organizan los motociclistas gringos y, como ellos, su máxima aspiración es cruzar EU de costa a costa. Y es raro que sepan de mecánica.

Los noyanquis usan nombres y temas mexicanos, voltean más al sur que al norte, también ruedan en manada, pero no les importan las marcas de sus motores, saben de mecánica y consideran una falta el pagar para arreglar sus propias motocicletas.

El tercer grupo, al que alguna vez perteneció el Maestro, es más dejado, sin organizaciones y con una visión nada poética de la motocicleta. Si los proyanquis fueran creyentes y los noyanquis ateos, los del tercer grupo serían agnósticos. Aunque no carecen de mística alrededor de la moto, son bastante desilusionados, descreídos y objetivos. Pero no dejan de tener ciertas creencias. Por ejemplo, recuerdo ahora sobre el efecto que genera la velocidad en el motociclista. Ellos le llaman el págüer y, por lo que el Maestro me ha explicado, consiste en la pérdida de la voluntad del motociclista ante la velocidad de la motocicleta. Según esto alguien quien siente el págüer buscará correr primero siempre que pueda y luego siempre, aunque no se pueda. Es una especie de adicción a la velocidad y la moto no lo suelta nunca hasta que el motociclista muera. Este mal es incurable, progresivo y mortal. Aunque existe un lenitivo, un paliativo que, con un poco de suerte, puede incluso llegar a ser placebo.

El Maestro sostiene que cuando sientes el págüer no te das cuenta aunque se te note en la mirada. Él mismo ha perdido grandes amigos. «Sintieron el págüer, ni modo



Lenitivopaliativo: el miedo a la moto.

«Hay de dos motociclistas —dice el Maestro—, los que se van a caer y los que ya se cayeron. Eso es inevitable. Todos los motociclistas son mortales. Unos moriremos por la moto, pero no todos. La moto es una herramienta, una cosa, yo no le pongo nombre ni a mi pito; pero es tan peligrosa que si no la respetas te matará un día o el siguiente. Y si no quieres que te mate nunca debes perderle el miedo porque el miedo es la forma del respeto sin rodeos. Todos llegamos a sentir el págüer y sólo hay una de dos después de eso; o te haces adicto a él y como las peores drogas te termina matando o, te das cuenta que la velocidad te puede matar y terminas temiéndole. Ambos casos terminarán muertos. Todos moriremos, andemos o no en moto. Subirse diario a una moto no significa querer morir»



Pegaso.

El mitológico caballo alado, el primer caballo que estuvo entre los dioses, era la montura de Zeus y es la palabra que se usa en el taller del Maestro para designar la moto ideal.

El pegaso de Don Camilo es una Triumph Bonneville del ’59. El de Chuyuyuy, la mano derecha de Don Cam en el taller, es una Vespa Piagggio de 50 cc; se trata de una primera serie del ’64. De los clientes asiduos hay quienes sus pegasos son H-D o Ducatti, o alguna BMW. Yo no tengo Pegaso, dice Don Cam que ya lo tendré.


«¿Sabes cómo descubrí que Dios no existe?» me preguntó un día Don Cam mientras me supervisaba cambiarle el aceite a mi moto.

—¿Dios no existe, Don Cam?

—A huevo que Nelson. ¡Hazte pendejo!

—Pues quítemelo tantito.

—Ya no tienes remedio, pero pon atención a ver si agarras algo de mi cabeza… ¿Te acuerdas del Mago?

—Simón, el último chalan que tuvo.

—Pos ése pendejo ¿no creía que el taller estaba embrujado?

—¿Por? ¿Pasó algo?
—Pasó que es un pendejo. ¿Ves que era un desbalagado? Todo lo dejaba donde no iba, tons, cuando necesitaba una llave o tuercas o cualquier cosa, quería sacarlas de donde no estaban. Tons, según él, le movían las cosas de lugar.

—Y eso ¿qué tiene que ver con Dios?

—Con Dios nada, con que no exista, todo. Fíjate. El Mago, como buen pendejo, decide usar como excusa el embrujo para explicar algo que es causado por su pendejez porque es incapaz de aceptarla. Tons, Dios es el recurso que usamos para explicarnos lo que de otro modo no podríamos entender. La creencia del Mago en que el taller está embrujado es prueba de los límites de sus capacidades, igual que Dios demuestra que somos incapaces de mucho y que nos podemos equivocar.

Durante la explicación había dejado de ajustar la moto y me quedé con una llave en la mano, poniendo atención a Don Cam.

—…Oiga, Don —le dije—. Pero usted se casó por la iglesia, ¿a qué no?

—¡A huevo!

—Y ¿por qué casarse frente a un Dios que no existe?

—Y ¿por qué no? Puedo no creer en él, pero creo en mi esposa y si ella cree en él, de alguna manera yo creo en él. Gracias a ella, no a él. Las cosas que no existen no tienen por qué afectar a los que sí existimos.

 

 

 

Meteorología motociclista.

Normalmente no comprendo a las personas, me cuesta hacerlo y cuando lo hago lo hago mal. 

Antes me quejaba, hoy ya no.

Por ejemplo: cuando me preguntan sobre la moto ¿y qué haces cuando llueve? No sé qué tengan en la cabeza. ¿Qué buscan que les responda? ¿”Nada, hago que deje de llover”?

¿”Nada, uso paraguas”?

¿”Nada, mi piel es impermeable”?

¿Cómo que “¿Qué hago cuando llueve?”?

Pues nada hago, me mojo y ya. ¿Qué esperan que haga? ¿Qué busque no mojarme?

Creo que es el cerebro de automovilista el que les hace creer que pueden controlar ciertas condiciones climatológicas: en el auto la temperatura, el olor, la humedad y el ruido, por ejemplo. Pero en la moto queda claro qué poco depende de uno: Cuando comencé a conducir (automóvil) madre siempre me decía, ten cuidado, y le respondía: eso díselo a los otros, yo tengo cuidado. Y pensaba: aunque yo tenga cuidado y no maneje ebrio, eso no me exime de que algún pendejo o borachín me embarre en un accidente. Sea en auto o moto, al azar le vale.

No importa que me enoje o desespere, eventualmente cuando llueve sólo puedo hacer algo: mojarme.

Alguna vez andando en motocicleta bajo la lluvia, decidí esperar a que parara o, a medio camino, detenerme a resguardo del agua y no moverme hasta que dejara de llover. Y en más de una oportunidad, sin gotas cayendo del cielo, volví a la moto y unas calles adelante me alcanzaba la lluvia o yo la alcanzaba a ella.

Hay cosas que no se pueden saber. Aceptar eso es duro. También, en otras tantas ocasiones, ya consciente y resignado de la caprichosa lluvia, emprendí el viaje en moto bajo diluvio que calles adelante menguaba hasta desaparecer.

Me divierte recordar la cara que ponen todos los que me han preguntado “¿Qué haces cuando llueve”? cuando les respondo “Me mojo”.





r. salazar