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Memorias de ti Memorias de ti

Memorias de ti

Memorias de ti

 


 

Hablar de sexualidad en una pareja a veces resulta complejo. Sin embargo, a veces el cuerpo reconoce tantas formas y sensaciones, que las cosas salen así, sin pensarlo, sin quererlo pero disfrutándolo mucho. Es por eso que hoy te hablaré de las memorias que mi cuerpo guarda del tuyo. De cómo ese hombre un metro setenta centímetros, hace de mi cuerpo el mejor lugar para estar, y entre mis piernas el lugar en el que le gusta terminar.

 

Y es que no termino de entender cómo es que los cuerpos se reconocen tan bien, que siempre quieren más, que siempre necesito más de ti, de tu olor, de tu piel, de ti. Y los días que pasan lejos se me acumulan las ganas y también se me pone la piel chinita solo de pensar en que falta menos para tenerte cerca, para que me hagas el amor, para que tus besos me prendan las ganas y tu cuerpo me de todo su calor. El primer recuerdo que tiene mi mente de tu cuerpo es que tienes unos brazos largos, unas manos fuertes y unos dedos que saben jugar bien cuando me agarras desprevenida y te pegas por la espalda, con tu sexo me frotas las nalgas y con tu mano acaricias bajo mi blusa en busca de algo más que la ropa, y con la otra mano me tocas en medio de las piernas mientras tu lengua no deja de pasarse por mi cuello y yo me contraigo y quiero zafarme, jugando un poco  a no querer, pero en el fondo deseando ya estar sin ropa, contigo muy adentro y jadeando un poco de puro placer. 

 

Y entonces logro zafarme, ahora soy yo la que se pone detrás tuyo y con mi mano te toco tu pene bien duro, queriendo salir de tu pantalón y meterse entre mis piernas, sentir ese calorcito, esa humedad que tanto te gusta al hacerlo sin condón, te beso el cuello, la espalda, y deslizando la lengua lentamente por tu espalda, bajo, bajo para girarte y bajarte el pantalón y meterme en la boca eso que tanto me gusta, que tantos orgasmos me ha dado y que disfruto mucho siempre. Y te hago un oral que te hace sonreír, que te hace decir mi nombre y que inevitablemente te lleva a quererte meter ya todo adentro de mí.

 

Ya sin ropa, sobre la cama, abro las piernas y tomando tu pene muy parado lo deslizo en mi vagina, y gritó un poco, y empieza esa canción que siempre componemos y que tanto nos gusta, y te empujas y yo quiero más de ti, de tu piel, de tu sabor, de tu cuerpo, y me dices cosas que me gusta escuchar, y te digo lo que me encanta de ti. Y así estamos un rato, después cambiamos, quiero que te pongas detrás de mi y en cuatro me des muy rico, despacio, pero también muy recio, quiero sentir como entras todo y me agarras de la cintura y te empujas mucho, sentirte entrar así es único. Y te escucho y si, en ocasiones te veo entre los espejos, porque me encanta verte, disfruto sentirte, pero verte así, tan excitado, con tantas ganas, me dan solo ganas de más.

 

Pides acostarte y que me suba, porque te encanta verme terminar así, porque lo disfrutas tanto casi como yo, porque me muevo al son que me toques y entonces a veces es tanto que ahí estoy yo arriba de ti brincando y en cada movimiento sintiéndote más y más adentro. Y lo disfruto tanto al punto de acabar, de sentir ese temblor en el cuerpo y que las fuerzas se me van, de guardarte la última sonrisa al final de todos los gritos que me haces pegar, y enseguida de mí acabas tú.

Y bueno, te lo he dicho muchas veces, disfruto tanto tu risa que no quieres hacer notar, tus gritos que ahogas, tus ojos en blanco que aprietas mucho para que no pueda verlos, pero amo verte así, abajo de mi disfrutando tanto tus venidas, como las idas que damos en cada uno de nuestros momentos. 

 

Es mágico eso de acabar, es maravilloso eso de conectar, el sexo contigo y todo lo que me haces sentir es fabuloso, como el jugo de mandarina, sin embargo tengo que confesar que aún no sé que me provoca más placer, si acabar una y otra vez contigo, o acostarme después de terminar, recargada en ti, hablando de la vida, de todo y nada, de nosotros y lo bien que me haces el amor.

 

Quizá mi cuerpo tiene más memorias tuyas, que he de encontrar por ahí guardadas en sueños, en el espejo, cuando te veo, cuando te pienso y sí, cada que te me antojas.



Pep

@Irispep 

 




 

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