Encuentro la
televisión muy educativa. Cada vez que alguien la enciende, me retiro a otra
habitación y leo un libro.
Groucho Marx.
Hoy tendríamos que modificar
el chiste de Groucho. Y es que así es. La realidad, materia prima, musa,
curadora y crítica de la comedia, nunca se deja atrapar del todo. La diferencia
entre el epistemólogo y el comediante es que la risa del primero es de locura y
la del segundo de sabio consuelo. Esa
realidad tan perra que nunca pierde, se las regresa con frecuencia a los que
tratan de cogérsela con chistecitos o teorías; es tan perra que agarra esos
mismos chistes y se los receta de vuelta por los extremos del aparato
digestivo, por ambos. ¡Qué increíble realidad! Pobre comediante, un día te
ayuda a hacer reír y otro hace reír a todos de ti. Contradice a los cómicos, es
impredecible: o ¿no hace poco se suicido un comediante? La realidad es cabrona,
el reality check, implacable e
impecable. Ahora le tocó turno a Groucho, pues, la caja idiota, ya no parece
tan idiota. ¿Quién lo pensaría? ¿Un libro sobre un programa de tv?
¿Qué hace un libro sobre
un programa de tv?
Aunque de primera mano parece
innovador, en realidad es lo mismo de siempre; los libros sólo hacen una cosa
—la misma— de diferentes maneras; y éste no es excepción pues hace lo que hace
cualquier otro libro sobre cualquier tema, hacernos mirar lo que vemos; nos
hace observar lo que miramos.
Las teorías estéticas
básicas nos dicen que el arte necesita de un decodificador para ser
comprendido. Es como si el arte fuera un lenguaje, con su sintaxis propia, su
gramática, sus convenciones, sus estilos y sus clásicos. Si ignoramos el ‘lenguaje’
en que está escrita una obra de arte, no podremos comprender su significado ni,
por tanto, sus alcances; y ¿cuál es el decodificador del arte? La cultura.1
El libro funciona como un
decodificador de la realidad, casi siempre los libros pretenden decodificar una
parte de ella, sólo la Religión y la Filosofía han buscado decodificarla toda;
en este caso, la parte de la realidad que decodifica éste libro es Breaking Bad, la serie de tv de AMC. Si
les gustó la serie, el libro les va a mamar —deben leerlo—, pues la explica sin quitarle nada, antes al
contrario, es un análisis que aumenta las lecturas posibles de la historia
creada por Vince Gilligan.
Considero que el
acercamiento del libro a la serie sucede en tres niveles: el análisis del aspecto
técnico televisivo-cinemátográfico, es decir, la paleta de colores usados, la
cámara como constructora de significado, los guiones, la creación de imágenes
por medio del tratamiento sonoro; otro aspecto es el literario: la necesidad
dramática del otro, la importancia del secundario, un ensayo comparativo sobre Breaking Bad, Mad Men, Los Soprano y The Wire, otro sobre las composiciones
estructurales de la serie, un análisis sobre los cold opens de la serie. Y el tercer aspecto es, a falta de un mejor
nombre, el filosófico: la ética en Walter White, lo heroico y lo monstruoso en
el personaje principal, las estrategias de persuasión usadas por los personajes
en la serie; un acercamiento de Walter White al mito fáustico, otro sobre el
mito del padre edípico, un análisis sobre la serie desde la perspectiva de una
producción de culto, y, por último, un capítulo del libro dedicado al capítulo
más atípico de toda la serie, La Mosca («Fly» 3X10).
Lo único que no me acaba de convencer de estas publicaciones sobre la
tv es que no respeten los tiempos de la serie; el libro sobre BrBa que aquí comento, fue publicado a la mitad de la última
temporada. Un análisis clásico esperaría a cubrir todo el objeto de su estudio,
antes de, publicar cualquier resultado. Ahí una falla. El libro no puede tratar
de la totalidad de la serie, pues no se había transmitido toda al momento de su
publicación; entonces, no sabe de elementos importantes como el epílogo o el
giro que tienen, por ejemplo, el personaje del Sancho Panza de Heisenberg
(Jesse Pinkman) o el cierre de
algunas situaciones u otros personajes; incluso el final de la serie misma no
es tratado en el libro: el último capítulo, que, dicho sea de paso, no me gustó
para nada.
@aleljndr
@MomentoSonoro
P.F.: ¿Sobra decir que si no han
mirado la serie, no tiene sentido que lean el libro?
El libro de la próx. semana:
1 Michel
Onfray. Antimanual de filosofía. Pág.: 66-74.
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ResponderEliminarPues leamos el libro entonces!!!!!
ResponderEliminar...
heee...
...
mmm...
...
me lo prestas? :p