Responsive Advertisement

Alguna vez alguien me dijo que pensara en un momento de mi vida, uno en el que me sintiera plena y feliz. Entonces me di cuenta de que la v...

AQUELLOS MOMENTOS AQUELLOS MOMENTOS

AQUELLOS MOMENTOS

AQUELLOS MOMENTOS

Alguna vez alguien me dijo que pensara en un momento de mi vida, uno en el que me sintiera plena y feliz. Entonces me di cuenta de que la vida está llena de momentos… pero los más importantes son en los que no pasa nada y sentimos todo.  

Pienso en ese momento en el que nada importa.

En ese minuto en el que se detiene el tiempo mientras te vas colando poco a poco bajo mis sábanas; donde termina la ropa y la piel se reconoce; ese momento en el que empiezas buscando el la oportunidad de terminar dentro de mi. 

Difícil describir ese segundo en el que el último grito proveniente de mi ser te hace saber que la misión está cumplida, que no has sido un amante de paso, no esta noche.

Es esa noche en la que el pretexto del alcohol nos arrastró entre tus sábanas y te aprisionó a mis piernas, sujetándote cada vez más a mis caderas; buscando en el pecho la razón para no dormir; encontrando ahí el mejor motivo para soñar, y así decidir participar en esto. 

Ese momento en que nada nos importa, es ese mensaje que llega para saludarte, ese beso que se escapa al despedirte, el suspiro que sale sin previo aviso; la lagrima que cae al saber que no vendrás.
Es todo lo que me haces sentir y decir a la hora de amarte completamente y sin reservas.

Es esa mirada que dice te extraño y ese beso que reclama tu presencia. Es esa plática después de la comida, en un café, en un bar, mientras caminamos o en cualquier lugar.

Es el audio que grabé esperando que lo escucharas; son las fotos que tomamos, en las que reímos, en las que posamos y que a nadie mostramos.

Es ese estar, sin trámites, plazos o contratos.
Es ese estar porque se quiere. Es esa sonrisa al recordar como tus manos iniciaron desnudando mi cuerpo para meterse entre mis piernas y terminaron desvistiendo mi alma para nunca salir de mi cabeza.  
Es conocer, pensar y querer sin etiquetas o papeles.

Es tus caricias en la piel, tu lengua bajando por la espalda para voltearme al cruzar fronteras y buscar un refugio bajo mi ombligo; es besar los labios mientras mi lengua juega con tus dedos.
Es el que tu mano tome la mía discretamente y caminar como si nada pasara.

Es buscar ese lugar al caer la noche; es juguetear en el elevador; yo hincada mientras tu reflejo en el techo me hace sentir orgullosa de mis habilidades con la boca.
Es negar que seamos novios, porque no lo somos. 

Es quererte mucho y reír por saberlo, pero saber que no es para siempre. Es saber que mañana no estaremos, pero disfrutar hoy porque podemos tenernos; es disfrutar tus mordidas en lugares que no se hicieron para eso; es saber a qué sabe cada parte de tu cuerpo; cómo debo moverlo, besarlo y tomarlo, a la par que reconoces los rincones más solos de mi ser.

Es amarnos sin lastimarnos; pues hemos concluido que amar no significa tener un novio, esposo o amante. Amar, para nosotros, es vernos, acompañarnos, degustarnos, disfrutarnos y aprender a llegar a ese punto en el que el eco de los gritos, acompañados de tus manos que me estrujan, son el complemento perfecto de dos en la cama.

Es esa noche en tu casa, en mi cuarto o en donde sea. Amar es abrazarte cuando menos lo esperes y no porque tengo que hacerlo. Amar es que me des un beso no esperado, me tomes de la cintura o me tomes de la mano sintiéndote a gusto con ello. Para ellos amar es estar sólo con una persona, es fidelidad y confianza. Y yo sé que nos amamos y que no buscamos en nadie más lo que aquí hemos de encontrar.

Para mí, amarte es sentir todo eso que sólo contigo puedo, es querer tu libertad y respetarla. Es tener mi espacio y tiempo. Y es que ambos nos amamos y respetamos. 

Y es que amar para la mayoría es estar ahí, pertenecer, pero tú y yo nos amamos sin prisas y a nuestros tiempos, con nuestros recursos y deberes. Sin obligaciones; somos personas libres, más no libertinas.
Y sé bien que tal vez mañana dejemos de sentir esto, pero terminaré feliz por ti y por mí. Porque sé que nos amamos, sé que vivimos un amor de esos intensos, de esos que sólo contigo puedo sentir. De esos que me hacen feliz por la noche, y me dan los buenos días. 

Llega el momento en el que los sentimientos y deseos están a flor de piel; las ganas están sobre la mesa… y es sobre la mesa que decidimos jugar.

Eso que tenemos es el coqueteo con las miradas, es cuando no decimos nada, sólo pequeños gemidos que se me escapan y tus manos que traducen palabra a palabra tu sentir, con eso nos basta.
Y al final, todo está ahí para nosotros; y la gente que estuvo presente, que nos mira, escucha, conoce y rodea, nunca va a terminar de entender un amor puro, sincero y sin compromisos.

Pues somos un amor de esos, y es que recordarte que te amo, cada que te tengo entre piernas dice más que diez años de noviazgo. Dice lo que siento y me gusta. 

Dice que te quiero por quién eres y por lo que me haces y me permites hacerte; dice que nos queremos sin palabras; sin ropa, piel a piel. Que nos deseamos como novios en luna de miel; que nos entendemos como matrimonio en bodas de oro, pero lo más importante: ese momento en el que la ropa estorba, nuestros cuerpos desnudos se complementan, ese momento se asemeja a la gloria, si es que la hay, pues disfruto lo que eres y haces día y noche, pero más disfruto lo que me permites ser en tu compañía.

por PEP
@irispep


0 comentarios:

No le saque y opine.