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Las mujeres son el juego más peligroso F. Nietzsche No les basta con un buen polvo, quieren tu alma también Henry Miller Las putas son mu...

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Las mujeres son el juego más peligroso
F. Nietzsche

No les basta con un buen polvo, quieren tu alma también
Henry Miller

Las putas son mujeres. Los putos son hombres. Toda puta es mujer así como todo puto es hombre, pues no hay puta hombre ni puto mujer. Sin embargo hay hombres con actitud de puta, mujeres con actitud de puto, putos con actitud de mujer y putas con actitud de hombre.
También hay hombres con actitud de puto y mujeres con actitud de puta, de estas últimas es de las que aquí diremos algo. Antes de seguir cabe aclarar la diferencia entre puta, puto y sexoservidoras y servidores…
Las sexoservidoras (mujeres u hombres) son aquellas que cobran por dar placer, en específico, por sexo, intercambian dinero por sexo, pero sólo rentan su cuerpo. Las putas (y putos) también dan placer, pero éstas, a diferencia de las sexoservidoras, además de rentar su cuerpo, también rentan algo más, quizá sea el alma, sus ideales, su dignidad, etc. La sexoservidora es esa que vemos en las esquinas que se viste fornicable, atrevida. La puta es la que vemos en la t.v., es la conductora, la bailarina, muchas veces la actriz que, además de rentar sus cuerpos están ofreciendo algo más.[1]

Así pues, una puta es una mujer (dado que toda puta es mujer) que te da lo que quieres y lo que quieras a cambio de dinero, si sólo te ofrece su cuerpo es, entonces, una sexoservidora. Pues  pagas por satisfacción y la satisfacción que proporciona una sexoservidora es esencialmente sexual.
Hasta aquí se puede decir que todo aquél que cree en el amor debe creer en el dinero, no tiene otra opción, debido a que, sin amor, sólo queda el sexo; y el dinero lo compra todo (incluido el sexo). Por esto a todo aquel que cree en el amor, y tiene amor, el dinero le es indiferente debido a que no lo necesita, a causa del amor. Hay otros que aman el dinero, y se podría creer, a primera vista, que es un gran problema; pero sólo lo es si les falta el dinero. Sobre si les falta el amor no se sabe: nunca se ha dado el caso. El amor es gratis.

Así que toda mujer que te ofrezca sexo por dinero es sexoservidora. Claro que con ‘dinero’ se puede tratar de cualquier beneficio material; esto es, todas las sexoservidoras reciben efectivo, las putas cobran en especie.
Esto nos permite llegar a un punto interesante: hay putas que se disfrazan de mujeres y aprovechándose del hecho de que toda puta es mujer aparentan ser mujeres mientras que, en realidad, son putas.
Esta especie, como puede verse, es muy peligrosa.
Las putas con disfraz de mujer son manipuladoras sutiles, consiguen todo lo que quieren, desde dinero hasta amor (o ambos a la vez, ¿por qué no?). Aunque no son más que putas hipócritas, con una sexoservidora el contrato es claro desde el inicio: lo aceptas o no. Con una puta con disfraz de mujer primero firmas —sin darte cuenta— y luego comienzan a aparecer nuevos términos, después. Ellas ‘pescan’. Un atractivo irresistible (físico o no) es su señuelo que jalan cuidadosamente hasta que la ‘presa’, sin darse cuenta, se halla entre ensalada sobre un plato. ¿¡En qué momento la destriparon y la cocinaron a la plancha!? Un atractivo irresistible es el mejor señuelo y el mejor anestésico.

De esto se desprende que toda mujer que manipule usando como herramienta el sexo, sin esperar sólo dinero a cambio, es puta, no sólo manipuladora.
Por supuesto que (también) son hipócritas, pues se presentan como mujeres mientras que son putas. Confundir es lo suyo, ocultas, quirúrgicamente, jalan los hilos. Son autoras, crean y dirigen, deciden: manipulan y no les importa el reconocimiento creativo. Son astutas y, obvio, bellas. No importa que tan buenas sean para el sexo sino que tanto lo cotizan y a cambio de qué lo ofrecen.


[1] No solo en el mundo del espectáculo existen las putas, en la esfera de la política también.

1 comentario:

  1. No solo en la política, sino en todas las esferas de la existencia. Es una corrupción moral, del alma si existe o del cuerpo que es evidente o de ambos. Es uno de los muchos nombres del mal...

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