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el Síndrome Hoyle (r.l.D.)   Prefiero atacar problemas que vea que sean solubles S. Fred Hoyle La sabiduría me persigue, pero yo soy má...

el Síndrome Hoyle el Síndrome Hoyle

el Síndrome Hoyle

el Síndrome Hoyle


el Síndrome Hoyle
(r.l.D.)

 Prefiero atacar problemas que vea que sean solubles
S. Fred Hoyle

La sabiduría me persigue, pero yo soy más rápido
Anónimo[1]

Sir Fred Hoyle, graduado en Cambridge, fue profesor Plumian de astronomía allí, ayudó a establecer el Instituto de Astronomía Teórica en 1967, y fue su primer director. Además de haber escrito muchos trabajos sobre ciencia, también fue un autor prolífico de ciencia ficción (!)[2].
Junto con los científicos Herman Bondi y Thomas Gold, desarrolló la cosmología del estado estacionario[3]. Esta cosmología propone, a grandes rasgos, que mientras el universo se expande y las galaxias se separan entre sí, se crea materia de la nada para rellenar el vacío. Más tarde, esta materia se condensa para formar nuevas estrellas y galaxias. Las galaxias recién nacidas reemplazan a las que mueren, y el universo se parece mucho en todo momento al propio universo en cualquier otro momento. Por lo tanto, el universo se halla en un estado estacionario.
Sin embargo, la teoría alternativa y más aceptada es la cosmología del big bang. Ésta rechaza la creación de la materia de la nada y sostiene, básicamente, que, como las galaxias se están separando entre sí, en el pasado debieron estar muy cerca. Por lo que el universo, en el pasado debió ser muy diferente a como lo conocemos hoy.[4]

La ciencia —nos dice Hoyle— tiene dos partes, de las cuales hay una

en que no se han probado las teorías. Para su aceptación dependen en gran medida de que la gente haga juicios. Y es un fenómeno conocido que cuando algo se relaciona con juicios, se da en la gente una fuerte tendencia a trabajar en armonía; que si la mitad de la gente emite un juicio, se atrae muy rápido a la otra mitad. Es una especie de instinto de rebaño; creo que data de los días en que el hombre era un animal cazador, y lo peor que alguien podía hacer, si se estaba en una comunidad de veinte hombres, era no estar de acuerdo con la dirección en que se debía cazar al animal; era mejor elegir una dirección al azar y que todos fueran en esa dirección que dividirse y que cada quien fuera en direcciones diferentes (se necesitaba al grupo completo para tener éxito).[5]

Este comportamiento de rebaño en el que es más importante que los individuos, al tomar un camino, permanezcan juntos en grupo que disgregarse, sin importar que ese camino sea o no el mejor o el correcto; es lo que llamo el Síndrome Hoyle. Y hace bien Hoyle en explicar este comportamiento con las añejas prácticas cazadoras del hombre, pues, yo creo, que si echamos un ojo a la Historia, bien podemos ver ejemplificado, en muchos lugares y en situaciones diversas, el Síndrome Hoyle.
Quizá hoy en día, provoque nauseas este Síndrome. Pues, y más entre los jóvenes, se prefiere, aunque de manera superficial, ingenua y sosa en la mayoría de los casos, la originalidad y el antinomianismo[6] sobre el comportamiento de borrego entre un rebaño.
Pero no hay que dejar que lo contemporáneo deteriore el entendimiento de un comportamiento tan natural en el ser humano. Debemos, supongo, pensar en el ejemplo del grupo de cazadores, pues bien podría ser el paradigma del Síndrome Hoyle. Es difícil escapar de un círculo vicioso, y este es uno: lo importante es cazar al animal para lo cual es necesario permanecer en grupo; sin grupo no hay cacería. Sin  cacería no hay alimento. Sin alimento no hay sobrevivencia. Sin sobrevivencia no hay individuo; sin individuo no hay grupo.

Leonardo Da Vinci escribió:

Toda acción natural se verifica por el camino más corto.[7]

Y también:

Toda acción natural está realizada por la naturaleza misma del modo y en el tiempo más breve posible. Ninguna acción natural puede abreviarse, pues la naturaleza la genera del modo más breve posible.[8]

Estas sentencias bien explican el patrón del mínimo esfuerzo.
Quizá este patrón no sólo aplique a toda acción natural, sino que se extienda a toda acción[9]; pues es siempre más fácil y cómodo unirse al grupo, seguirlo y permanecer en él, que llevar la contra; y lo es aún más cuando de sobrevivir se trata.

Ante el Síndrome Hoyle y el patrón del mínimo esfuerzo, que (al parecer) se complementan, parece que no queda bien parada la llamada libertad individual, el libre albedrío, si es que existe algo así. Sin embargo hay algo innegable: el individuo no es todo poderoso. Depende de, por ejemplo, la sociedad, que es más amplia que él (en tanto que es, en un sentido, conjunto de individuos); por lo que todos, debido a la sociedad que nos abraza (y abrasa) a veces hasta sofocarnos, padecemos, ya sea en un aspecto o en otro el síndrome o el patrón de mínimo esfuerzo. Por lo que es difícil defender la libertad individual ante la aplastante e implacable sociedad. Con todo, decir que el individuo depende de la sociedad es muy abstracto, en concreto: el individuo depende de individuos.

Las recientes observaciones astronómicas parecen apoyar decisivamente la cosmología del big bang. Indican que el universo era muy diferente en el pasado. Como resultado la teoría del estado estacionario ha perdido apoyo. Sin embargo, Hoyle creyó que la evidencia se había malinterpretado y siguió defendiendo la teoría[10] del estado estacionario, a pesar de que, la gran mayoría de los investigadores, ya se habían decidido por el big bang…
Hoyle no se mantuvo en el grupo de cazadores, se alejó en solitario para atacar la presa.
Hoyle ha decidido muy a pesar de observaciones y colegas.
Hoyle rompió con el patrón del mínimo esfuerzo.
Hoyle no presenta síntomas manifiestos del Síndrome Hoyle. Parece ser inmune.
Quizá, después de todo, la libertad sea posible.


[1] Lema (uno de tantos) del mayo francés (1968).
[2] ¿Cuándo escribía ciencia y cuándo le agregaba la ficción?
[3] Aquí cosmología significa el estudio del universo en su totalidad.
[4] Por cierto, si se usan las ecuaciones de la relatividad general para trazar los desplazamientos de las galaxias de regreso en el tiempo, se encontraría que la densidad de la materia y el campo gravitacional debieron ser infinitos. Este punto debió ser el big bang (Introducción a la teoría de la relatividad. Vladimir Kourganoff. Editorial Labor). Si la teoría de la relatividad pre-supone la teoría cosmológica del big bang o la confirma, no lo sé. Y saberlo nos daría luces sobre mucho…
[5] Breve historia del tiempo. Stephen Hawking. Editorial Planeta. México, 2007.
[6] En su sentido etimológico antinomia significa oposición o contrariedad ante la ley.
[7] Aforismos. Leonardo da Vinci. Editorial Óptima España, 1997. Aforismo 193.
[8] Idem. Aforismo 194
[9] O ¿quizá toda acción es  siempre natural?
[10] Hasta su muerte el 20 de agosto de 2001.

3 comentarios:

  1. chiale, ni mi mamá comenta mis chorizos... por lo menos a la Pupis se la hacen de pedo!

    atte.
    el autor

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  2. porque no aceptan publicar lo que se escribe, a mi me ha pasado...

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  3. Q onda soy el moderador, y este es un espacio abierto a todo quien quiera escribir, Obvio primero le doy el visto bueno, ademas el autor nos llena de filosofia en este blog

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