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Camila Barajas** A casi 90 días de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto han surgido varios hechos que valen la pena cuestiona...

A casi 90 días de gobierno: Lo que no te lo firmó, pero igual te va a cumplir A casi 90 días de gobierno: Lo que no te lo firmó, pero igual te va a cumplir

A casi 90 días de gobierno: Lo que no te lo firmó, pero igual te va a cumplir

A casi 90 días de gobierno: Lo que no te lo firmó, pero igual te va a cumplir


Camila Barajas**


A casi 90 días de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto han surgido varios hechos que valen la pena cuestionarse mucho. Hechos que van desde los disturbios en su toma de protesta, pasando por el nombre de las instituciones, explosiones en la Paraestatal y –si alguien dudaba que el día llegaría- la caída de una de las grandes líderes sindicales: La Maestra.

El 1 de diciembre llegó a la presidencia (con fraudes, compra de votos, rebase de topes de campaña y esas costumbres –que todos conocemos -del viejo PRI que heredan a las nuevas generaciones) el señor Enrique Peña Nieto.

Este personaje, como recordaremos, dio mucho de qué hablar desde antes de ser candidato: que si la muerte de su esposa; que si el tío Montiel; que si la foto con Salinas, etcétera. Un sinfín de piedritas en el zapato que muchos creíamos, iban a impedir que llegara a la silla. México, país de ilusos y creyentes.

Es importante mencionar que su campaña no fue del todo buena. Los debates, la imagen, sus discursos, quedarse sin palabras a medio de una entrevista (porque el chícharo no servía y el ingles no es su fuerte), el manejo que se le daba en los medios, era como un “sí te atacó pero no te embarro”. Las televisoras tenían un candidato, y la sociedad –en su mayoría- quería elecciones limpias y libres.

Pero el PRInosaurio acechaba. No se habían extinguido como los libros decían. No señores. El PRInosaurio no se crea ni se destruye, sólo se refuerza y cambia la cara, para controlar y perjudicar.

Ese sábado, 1 de diciembre, afuera del palacio legislativo se armó tremendo caos. Las personas –inconformes con los resultados- manifestaban su repudio hacia una persona, hacia un modo de gobierno, hacia un solo color y partido: El PRI.

Ya una vez instalado en la silla, el PRI, en voz de Enrique Peña Nieto, anunció varias de sus propuestas planes de trabajo y reformas. Los discursos de Peña no mejoraban y sus apariciones en público tampoco.
De los hechos más sobresalientes (no porque sean buenos, sino porque reflejan las grandes carencias del Ejecutivo Federal) está el día en que Peña confundió o no supo decir qué significa IFAI.

Para aquellos no se enteraron de qué fue lo que dijo Peña cuando hizo su declaración patrimonial, me he tomado la molestia de citar al presidente para dejar claro el motivo de inconformidad de muchos mexicanos, si no es que la mayoría:

Miércoles 16 de enero del 2013, durante declaración patrimonial del gabinete:

Enrique Peña Nieto, presidente de México: La otra iniciativa presentada para ampliar las capacidades, atribuciones de instancias encargadas de asegurar la rendición de cuentas y el combate eficaz a la corrupción al interior del gobierno, tiene que ver con la ampliación de facultades del Instituto de Información y de Acceso a… de Información y de acceso a la opinión pública de toda la información disponible para la ciudadanía desde el gobierno, el IFAI…”.

Hecho que –entre otros- muestra que las deficiencias de nuestro señor presidente van más allá de no saber qué significa IFAI.

Después vino lo de Florence Cassez. Ciudadana francesa acusada en México por secuestro durante los tiempos del PAN. A quien ya se la había negado un amparo por presunta violación de derechos humanos y porque el proceso no se realizó conforme a derecho, decían.

Pues basto un par de días de gobierno para que los magistrados de la SCJN decidieran dar un amparo a Cassez en vista de que sus derechos habían sido violados. ¿Y los de los secuestrados?
En cuanto se dicto el amparo, la francesa voló esa misma noche a su país, en donde fue recibida por los altos mandos, toda una nación creyendo que se había hecho justicia; que Florence era inocente y que en México las leyes sí existen. Claro que existen… siempre y cuando seas extranjero, tengas un buen abogado y bastante dinero para todos los “tramites” necesarios.

Cuando todos creemos que se seguirá cuestionando sobre un tema a la presidencia, siempre (incidentalmente o no) logran salirse por la tangente. Siempre hay algo más que supera los eventos recientes.
El 31 de enero, jueves, cerca de las 15:55 había ocurrido una explosión en el corporativo de Pemex ubicado en avenida Marina Nacional,  número 329, en la colonia Petróleos Mexicanos, delegación Miguel Hidalgo en el Distrito Federal.

La información era bastante pero confusa, repetitiva e inexacta, todos hablaban de decenas de heridos y, en principio, un muerto confirmado y especulación de cinco más.

Elementos de Protección Civil de Pemex, Topos de México, la Cruz Roja, de la UNAM, Sedena, Semar, Gobierno Federal y capitalino -mismos que coordinaron esfuerzos en las tareas de búsqueda y rescate- y la sociedad civil, acudieron al lugar, la Torre B2 del corporativo de Pemex para iniciar con las labores de rescate de personas y remoción de escombros.

La sociedad en general sentía incertidumbre. Las autoridades no podían decir de manera clara qué era lo que pasaba. Emilio Lozoya, titular de la paraestatal, se vio obligado a interrumpir una gira de trabajo por Asia para acudir al corporativo y dar declaraciones que sólo confundían más a la gente.

Al llegar al lugar, Miguel Angel Mancera, jefe de gobierno del Distrito Federal; Miguel Angel Osorio Chong, secretario de Gobernación; y Jesús Murillo Karam, procurador general de la República, no dieron declaración alguna, lo que más interesaba –decían- era auxiliar a las personas lesionadas, saber cifras más exactas sobre los muertos y desaparecidos, así como los motivos de la explosión, que hasta ese momento se manejaba como un accidente.

Un dato que me parece importante destacar era que al declarar y dar la conferencia de prensa en la noche, Osorio Chong y Murillo Karam se mostraban nerviosos, como incrédulos, sin saber ellos mismos si se trataba de un accidente o -como muchos piensan- un atentado, una advertencia a casi dos meses de presidencia del PRI.

Sé que tal vez Peña no puede tener la culpa de la explosión en Pemex, pero también sabemos que su gobierno no ha parado de hacer declaraciones vagas, asegurando que todo fue un mero accidente. La prensa cuestionaba y ponía en tela de juicio un posible atentado, especulación que el gobierno se encargaba de desmentir. 

Con 37 vidas perdidas, algunos lesionados hospitalizados y una paraestatal que se hará cargo de los gastos, lo sucedido en Pemex, fue un recuerdo más del regreso del PRI; un PRI que tiene a sus secretarías de seguridad queriendo jugar a “CSI la escena del crimen”, mientras bromean con cosméticos de mujer.
Las cosas no paran ahí.

Vino la resolución de la Unidad de Fiscalización del IFE sobre los rebases de topes de campaña: Y el ganador para el Oscar en la categoría  “Gastó de más en campaña” es… Andrés Manuel López Obrador. Sí señores, el rey sin corona, el presidente legítimo, ese que siempre pierde en el juego de la silla y está en busca de su tercera reelección, rumbo al 2018.

No es que defienda a AMLO, pero se me hace una total burla el que el IFE diga que él, y la coalición a la que representaba en 2012, fueron los únicos en gastar de más en las campañas. Gran alboroto causó dicha resolución pero bueno. Aquí la justicia e instituciones bailan –cuales prostitutas- para el que paga más. Así que si usted, amigo lector, está tan jodido como su servidora (sin afán de molestar) procure no secuestrar a nadie, no robar algo o no manifestarse libremente, pues de caer en las garras de la justicia, y sin dinero, ese prostituta (la justicia, claro) no bailará para usted.
Y entonces nos llegó el 24 de febrero, Día de la Bandera. Día en que EPN saludó a los generales y personas del Ejército como se saluda al hijo de vecino, buscando estrechar la mano, faltándole sólo el beso. Sí, una vez más el presidente daba muestra de su poca preparación.

(A veces llego a pensar que todo lo hace consiente, pero luego me digo “esa idea es demasiado buena para ser verdad”, y caigo en la cuenta de que es una marioneta más).

Y así, entre eventos de esa naturaleza, nos llegó el 25 de enero, día en que quedó promulgada la reforma educativa. Declaraciones fuertes de parte de Emilio Chuayffet, cuasi amenazas a un solo sector encabezado por nuestra flamante lideresa sindical: la maestra Elba Esther Gordillo.

Elba Esther Gordillo, líder vitalicia de uno de los sindicatos más poderosos de México, el SNTE. La Maestra y su gremio se veían amenazados por la evaluación de los profesores, mayor preparación, mejor educación y menos pseudomaestros pagados por nosotros.

La lideresa aumentó su riqueza (monetaria y de poder) durante los sexenios panistas. Era intocable, todos sabíamos de sus lujos para vestir, las Humer que fueron “rifadas” entre el SNTE; los viajes y cirugías que –a costa de las famosas cuotas sindicales, mismas que no podían ser auditadas- pagaba la maestra. Muchos dicen que no había voluntad política, yo digo que no había surgido el momento adecuado.

El martes 26 de febrero del 2013, será un día que todos recordaremos. El día en que Elba Esther Gordillo fue detenida y trasladada a un penal tras descubrirse triangulación de cuentas en el SNTE. Todo podría figurar un gran logro. Un éxito rotundo y un claro aviso de que Peña no se anda con rodeos, piedrita en el zapato que molesta, misma que va a quitar.

Pero no señores, no hay que confiarnos de un probable golpe duro al sindicalismo en México, que podría ser un “Quinazo”, que lo mismo sirve para legitimar un gobierno fundado en la mentira, que para esconder los verdaderos intereses de los grupos de poder en la reforma a las telecomunicaciones.

Sí, esta misma semana se inicia a discutir la reforma a las telecomunicaciones, en dónde se dice, se presume que viene a promover la competencia, a hacer y deshacer alianzas y duopolios.

En entrevista con Carmen Aristegui, Denisse Dresser, desenmascaró a Televisa y TV Azteca, sobre sus verdaderas intenciones de apropiarse de nuevas señales de televisión. Se presume que dicha reforma perjudicará a las dos grandes televisoras, pero yo creo que lo de el “Elbazo” sólo viene a darle una ayudadita a este duopolio y a Peña para que los medios tengan de qué hablar.

Mientras que se cocina una reforma en uno de los temas de vital importancia en el país, su desarrollo y economía: Las telecomunicaciones.

¿Será acaso que Televisa y TV Azteca, más la primera, está pasando factura a el Gobierno Federal? Será acaso que una telebancada, duopolio en comunicaciones, y control sobre muchos de los eventos en el país ya no alcanza para calmar a la bestia encabezada por Azcárraga?

Pues no queda más que esperar que Elba Esther Gordillo pase el tiempo merecido en la cárcel. Esperar que la reforma a las telecomunicaciones no nos friegue más a los que menos tenemos y que, por supuesto, no haya más daños colaterales en una guerra por el poder (sea narco, gobierno, duopolios o lo que sea que se atraviese); pues el gobierno pone el medio, nosotros (sociedad) los muertos.

A casi 90 días de gobierno: Lo que no te lo firmó (IVA a medicamentos y alimentos, incremento en precio de canasta básica, desaparición de papeleos en Pemex, errores con siglas y funcionarios, reformas a telecomunicaciones y delincuentes peleando su libertad a causa de violación en sus derechos humanos, entre otras muchas cosas)  pero igual te va a cumplir.

**Las opiniones vertidas en el texto son responsabilidad de la autora, gracias.

1 comentario:

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