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A la Poética de Aristóteles le  faltó una parte: la poética sobre la bomba. Seguramente porque en su época lo único que explotaban eran l...

Poética de la bomba Poética de la bomba

Poética de la bomba

Poética de la bomba


A la Poética de Aristóteles le  faltó una parte: la poética sobre la bomba. Seguramente porque en su época lo único que explotaban eran las togas y sólo durante la flatulenta noche, pues de día, todas inodoras, se dedicaban —impolutas— al sueño de la polis. No olviden que la democracia fue invento ateniense, igual que el psicoanálisis lo fue de la Austria decimonónica. Para que vean que no sólo a los mejicanos se nos da eso de la ignorancia  que nos trae sugestionados por modelos importados que no son la solución[1]. Es normal: vemos algo que funciona y queremos aplicarlo a todas partes, dando por hecho que hemos descubierto —pobres ilusos— una formula; concepto, como todos, inventado por nosotros. Al de Edipo y Elektra le debemos adherir el de Prometeo. Y si andan para ampliar nuestros complejos —otro concepto—, ahí les encargo el de Ponce de León, el de David, Sísifo e Ícaro. Pues no basta con darles nombres mamones a vuestras mascotas. Las cunas se pagan caras; incluidas las de la Civilización Occidental. Se dice que alguna vez alguien, por un pesebre, pagó el precio de la metódica y efectiva crucifixión romana. ¿Habremos de creer lo que hace tanto (dicen que) pasó o sólo debemos escuchar solemnemente de la abuela sus relatos? Tienen lo suyo. Todos lo sabemos. Pero, ¿hasta dónde el respeto exige que apaguemos la crítica? ¿hasta dónde las costumbres nos determinan? ¿Hasta dónde el amor nos deja ver? ¿Hasta dónde preferimos lo agradable en vez de lo verdadero? Entre la estética y la epistemología.
¡Buum!
El ejercicio del mágico polvo chino haciendo lo suyo, milenios antes del accidente de A. Nobel.
La rima del desastre; la métrica del atentado, la semántica de la violencia… el desplazamiento de sentido; es decir, El Desplazamiento de Sentido por excelencia. ¿Qué hay más metonímico que la bomba? ¿Algún teórico de la destrucción puede imaginar sinécdoque mejor?
¿Qué hay más poético que la bomba? Seguro en Nagasaki-shi, Hiroshima-shi y Londres tendrán su opinión. Pero piénsese en la bomba terrorista, esa que pasa de estar oculta formalmente a desaparecer efectivamente y que sólo se manifiesta durante un breve instante, en el momento en el que se presenta para disolverse y disolver parte de lo real.[2] Incluso aquello que no toca lo cambia para siempre. La bomba terrorista no presente en sí misma no remite a algún origen, su autor es anónimo.
Ahora, poetas: no ardan de envidia ni comiencen a hojear de recetario The Anarchist Cookbook, pues ¿qué es un poema sino una bomba no-colectiva que destruye lo real interior y que cambia, para siempre, todo lo demás? La poesía como atentado sin finalidad y, por tanto, sin razón de ser aparente. La diferencia: el ego: el poeta cree necesitar el reconocimiento del poema, el bombardero terrorista sabe que el anonimato es necesario.
¡Kabuum!
La palabra como ejercicio derruido. Auténtico lenguaje artístico. Nada mejor para crear que la catástrofe. Todo buen texto ha empezado en un papel en blanco. Para llenar hay que vaciar. El abismo lo es todo porque, en potencia, ahí la posibilidad es infinita. Y para pretender el infinito ninguna metáfora —otro desplazamiento de sentido— mejor que la de la caída:
El abismo no nos detiene: el agua es más bella despeñándose[3]





Janorquista.
@aleljndr






[1] Y sigue: no te dejes confundir, busca el fondo y su razón; recuerda se ven las caras, pero nunca el corazón.
https://www.youtube.com/watch?v=rmDkOEP2YxI
[2] Eisenzweig, 2004, p.: 251.
[3] R. F. M. (1873-1922)

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